Amy Winehouse, una de las grandes estrellas de la música británica en los últimos años, era una cantante de soul de extraordinario talento musical y poderosa voz, al que la autodestrucción ha empujado a un fin demasiado temprano.
A los 27 años, la intérprete de "Rehab" se unió hoy a la lista de músicos legendarios fallecidos a esa edad, como Jim Morrison, Kurt Cobain o Janis Joplin, después de exhibir en público constantes problemas con las drogas y el alcohol.
Amy Winehouse fue encontrada hoy muerta en su piso de Camden, al norte de Londres, un mes después de tener que suspender su última gira europea en el eco de su evidente estado de embriaguez durante una actuación en Belgrado.
Con temas como "Love is a losing game" y "You know I am not good", Winehouse ha sido comparada con Sarah Vaugham por su voz cavernosa e intensa, y con Billie Holiday e incluso Edith Piaf por su creatividad, vulnerabilidad y excesos.
Con su pelo ensortijado negro, sus ojos pintados y su extrema delgadez, Amy Winehouse ofrecía una figura muy reconocible.
Musicalmente, estaba catalogada como una cantante de soul pero no huía de las influencias del jazz, el ska o el rap. Hay coincidencia en que su enorme talento se vio oscurecido por sus propios demonios.
La corta carrera de esta cantante británica estuvo jalonada de escándalos y actuaciones musicales erráticas, algunas sonadas. Problemas con la policía, uso excesivo de drogas y alcohol, bulimia, trifulcas con su pareja, sobredosis, cancelación de conciertos, y entradas y salidas constantes de centros de rehabilitación han sido una constante.
Una vida en el filo, caótica y tormentosa, retransmitida en vivo y en directo por internet y los paparazzi, que ha hecho que la noticia de su muerte hoy causara más consternación que sorpresa en el Reino Unido.
La excéntrica cantante y compositora ya tuvo problemas con las drogas cuando era adolescente, pero éstos se intensificaron y fueron especialmente publicitados desde que su gran hit, el disco "Black to Black", se convirtió en un éxito mundial.
Publicado en octubre de 2006, vendió quince millones de copias, en 2007 fue elegido el disco del año y en febrero de 2008 convirtió a Amy Winehouse en la primera intérprete británica en ganar cinco Grammys.
Con un soul que conseguía hacer sonar actual y tradicional, junto a unas letras que recogían sus tormentosas experiencias, Amy Winehouse pasó así a primera página de la atención mediática, un pastel muy goloso para los despiadados tabloides del Reino Unido.
Su gran éxito es "Rehab", que suena hoy insistentemente en todas las cadenas de música del mundo, sobre su rechazo a acudir a un centro de rehabilitación para alcohólicos, que suma cerca de 40 millones de visionados en internet.
Unos años antes, en 2003, Amy Winehouse había publicado su primer disco, "Frank", del que vendió un millón y medio de ejemplares y que le valió candidaturas para los premios Mercury Music y un Ivor Novello Award en 2004, por su single "Stronger than Me".
En la actualidad preparaba su tercer album, según su discográfica, Universal, que hoy confirmó su muerte y transmitió sus condolencias a la familia.
Amy Jade Winehouse había nacido en Londres el 14 de septiembre de 1983 en una familia de origen judío con afición por el jazz como su padre, Mitch, que en una ocasión admitió en público que tenía preparado el discurso para su funeral.
A los diez años fundó su primer grupo de rap y a los 14 años comenzó a escribir música de jazz.
En cuanto a su vida personal, en 2007 se casó en secreto con Blake Fielder-Civil, quien fue encarcelado por agredir al dueño de un pub londinense y dar positivo en una prueba de detección de estupefacientes. Ambos se divorciaron en 2009.
La cantante británica había hecho su última aparición pública este mismo miércoles en un teatro de Camden Town, el barrio de Londres que adoraba y donde hoy fue encontrada muerta.
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