¡Pobre Ortega Cano!, hoy no podrá llevar flores a la tumba de su amor.
Los últimos meses ha tenido que soportar los comentarios mal intencionados de cierta prensa y de sus propia familia... y ahora con apariencia de compungidos, sus parientes acuden (plañideramente) al lecho del dolor... como moscas a la miel. Y demostrando el "gran respeto y amor" que le tienen al maestro, persisten en mantener abierto el frente de su "guerra de guerrillas", contra todo aquel que, consideran, puede favorecerse del patrimonio del torero. Parecen creer que, para eso... ya están ellos (se olvidan de que tiene dos hijos).
¡¡Maestro, suerte y al toro!!, porque como se entregue y pase a mejor vida (en el cielo) con su amor Rocio Jurado, miedo da pensar la que pueden formar (en la tierra) todos esos que dicen... tanto le quieren.