Colabora

Amaia Salamanca y la hermana de Letizia, entre perroflautas y espantapájaros

Esta semana los modelos horribilis siguen floreciendo como geranios. Chaquetas de las galaxias y looks desarrapados, ¿quién da más?

Hace tiempo que nuestra fauna celebrity coquetea con una tendencia bastante peligrosa: olvidarse del glamour y unirse a la moda del perroflautismo. Y no debe permitirse. Hay límites entre lo "informal" o "casual" y el look desarrapado, y merecen ser respetados.

Valga como ejemplo Amaia Salamanca, a la que jamás pensamos ver en esta Pasarela Neptuno, porque mira que es difícil pillarla un mal día. Pero ha ocurrido. Debe ser que ha relajado las costumbres en Semana Santa, porque salió a dar un paseo por Marbella con su novio Rosauro – que también tiene lo suyo- y nos ha dejado instantáneas nada gustosas. Camisa vaquera - digan lo que digan, ya estaban pasadas de moda en los 90- vaqueros perroflauteros con agujeros con pinta de haber pasado por un par de generaciones de hermanos, y pañuelo de leopardo. Le salvamos las sandalias y el pintauñas, pero ya.

Claro, que tampoco ayuda las fachas de su acompañante. Rosauro se puso los pantalones de safari para pasear por Puerto Banús, de la colección de verano 1987. Lo de atarse los cordones debe parecerle algo muy demodé a este chico de flequillo osea, porque prefiere llevarlos al viento. Sudadera deportiva para rematar el modelazo. Desde aquí, disculpamos a Amaia barruntando que le perdieron la maleta en el vuelo y tuvo que tirar de la ropa de la parroquia para pasar el trance. La absolución de Rosauro le costará un par de avevalentinos.

Otra que tampoco se ha estrujado los sesos para elegir modelito es la hermanísima de nuestra Princesa, Telma Ortiz. Es difícil escoger qué parte del look con el que fue al Real Club de Tenis es el más chocante, porque, en conjunto sólo le falta poner los brazos en cruz para parecer un espantapájaros. Debió ser un día realmente húmedo en la ciudad condal, porque el encrespado que lucía no era de este mundo, aunque intentó ponerle remedio. Como tantas veces ocurre, eso fue peor, porque la diadema de florecillas –tenía toda la pinta de ser de su hija- logró empeorar lo empeorable. Las gafas de sol, el vestido, y la rebeca de la abuela cebolletas completan un estilismo que no será recordado como el mejor de la hermana de la Princesa.

Tan peligroso es sucumbir ante las tentaciones del desharrapamiento textil, como caer rendido a los destellos de las lentejuelas y los tejidos fluorescentes. 

Porque, de caer en ellos puedes acabar como el novio de Bárbara Rey, al que vemos en Semana como recién caidito de un viaje interespacial. Valoramos lo que está haciendo para ayudar a salir a la ex vedette de un mal momento de salud, así que sólo le daremos un capón pequeñito y meramente estético. ¡NO, NO, y NO! ¿Quién, por el amor de Dios, le ha vendido una chaqueta dorada que brilla tanto que podría cegar a toda la población de Torremolinos? ¿R2 D2? ¿Boney M? Por decir algo positivo, diremos que dentro de la aberración estética, por lo menos ha combinado las zapatillas a gusto de la galaxia de la que provenga.

Como decíamos, los tejidos fluorescentes y colores chillones no son buen aliado de nadie. Salvo que seas Xuxa ó una patinadora olímpica. Fuera de esas dos clases, ponerse lo que se ha puesto la que está llamada a ser futura reina de Inglaterra, Kate Middleton, sólo puede significar una llamada de auxilio.

Pantalón amarillo, medias con más brillo que el sol, camiseta de lentejuelas, y calzas rosas... ¿quedó algún color por añadir al look? Aún así, podemos clasificar este como el último exceso estético de la británica, ya que a buen seguro que el protocolo buckinghamiano se mostrará menos colorista con sus futuros atuendos.

Y una última mención para Anita Photoshop. La Obregón posa en Hola, reconvertida en una mocita de 15 años, con ese desparpajo tan suyo. Si pueden vean, las fotos: nunca una campaña para promocionar Adobe Photoshop pudo ser más explícita. 

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario