L D (EFE) Según explicó Zaplana durante su conferencia, la reforma de la negociación colectiva no tiene que hacerse con "prisas, porque son malas", ni en este momento, "porque no es el más adecuado, ya que el Parlamento cierra sus puertas a finales de diciembre" por las vacaciones navideñas y en enero se disolverá por las elecciones generales de marzo. Aunque el ministro alabó el esfuerzo que han hecho los agentes sociales en los últimos tiempos en negociación colectiva, destacó que el Gobierno tiene algunas "objeciones" a la forma en que se ha llevado, aunque no las concretó.
Otra línea de actuación de futuro que Zaplana adelantó fue el establecimiento de fórmulas "más eficaces" para coordinar las decisiones de las comunidades autónomas en el ámbito de la política económica. Para Zaplana, no sería conveniente que las políticas autonómicas en materia de empleo supongan la "ruptura" del mercado interior y se traduzcan en "obstáculos" para el desarrollo empresarial. En este sentido, recomendó a los partidos nacionalistas que ejerzan la capacidad de autogobierno de sus comunidades, en vez de "radicalizar más" su discurso de la "queja permanente".
El tercero de los objetivos de futuro a seguir para que España siga liderando el crecimiento económico y la creación de empleo de la Unión Europea es seguir "profundizando" en la política fiscal y presupuestaria "presidida" por el control del gasto público y la reducción de impuestos, explicó el ministro, que dijo que "ha dado un resultado francamente bueno". También destacó la necesidad de llevar a cabo una apuesta "decidida" por la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), así como por la externalización de las empresas y las pymes. Al respecto, recordó que el porcentaje del PIB que se destina a I+D+i ha pasado en España del 0,81 por ciento de 1995 al 0,96 por ciento de 2001.
Con estas cuatro líneas de actuación, indicó, se podrán afrontar los retos de futuro de la economía española que, dijo, son el envejecimiento de la población, la ampliación de la UE a veinticinco miembros o la pérdida de fondos estructurales por la convergencia real con los socios comunitarios, entre otras. No obstante, precisó, España está "muy bien" preparada para ser competitiva en el marco de la globalización, porque tiene "fundamentos sólidos y estables para asegurar nuestro progreso y nuestro crecimiento en el futuro". Las razones que dio para justificar esta afirmación fueron los más de cuatro millones de nuevos empleos que se han creado desde 1996, y el crecimiento económico acumulado desde esa fecha, que cifró en el 23,9 por ciento, "ocho puntos más que la media de la UE".