La noticia de la crisis irlandesa ocupa un importante lugar en la edición de esta semana de The Economist. Pero, curiosamente, la economía española acapara casi la misma extensión que la situación de las finanzas celtas. Además, a José Luis Rodríguez Zapatero se le dedica una pequeña columna de apoyo con un mensaje claro: "España es la clave" para la supervivencia del euro, pero para conseguir su objetivo el Gobierno tendrá que "tomar más medidas" de forma "rápida" y "redoblar sus esfuerzos" en la lucha contra la crisis.
Eso sí, para que el presidente español vea que el semanario le tiene en consideración, le otorga un nuevo sobrenombre: "Zapateuro", como si fuera un superhéroe tratando de salvar a la moneda única, cual damisela en peligro.
Sin embargo, para los autores del artículo, las cosas no serán nada fáciles. Aunque admiten que España "no tiene los problemas bancarios de Irlanda, ni las finanzas públicas griegas" y sus objetivos de austeridad son "más creíbles que los de Portugal", también avisan de que hay "miedo" de que pueda ser el próximo país que caiga en el hoyo.
En el análisis, se concede que Zapatero ha parecido "firme" en su resolución de controlar el déficit pero se advierte, "tiene su peculiar grupo de problemas". Entre estas dificultades, The Economist destaca la "reforma de las pensiones", el "anticuado" sistema de negociación colectiva que marcha "agónicamente lento" o la reforma del gasto del "sistema sanitario". Además, cita el problema de las "cajas de ahorro" que necesitarán una reestructuración aún más profunda, dentro de un sistema financiero que requiere "100.000 millones de euros en los próximos dos años".
Para conseguir evitar estos peligros, "asegurar los mercados y volver al crecimiento", España necesita "más reformas", para lo que los autores citan a Juan José Toribio, del IESE, cuando dice que no se están haciendo las reformas "con la necesaria energía y convicción".