(Libertad Digital) El último enfrentamiento en la sesión de control entre Zapatero y Rajoy antes de las vacaciones tuvo como protagonista el agujero de las arcas públicas. Mariano Rajoy aludió a las últimas declaraciones de Miguel Ángel Fernández Ordóñez haciéndolas suyas pidiendo un cambio en la política económica actual, que ahora consiste, en su opinión, "en aumentar el gasto hasta el infinito". También le preguntó al presidente si "va a subir los impuestos".
La pregunta era fácil pero Zapatero, en lugar de contestar, se dedicó a alardear de una estabilidad presupuestaria que ya es historia: "El Gobierno tuvo superávit en los últimos cuatro años". También habló de recuperar los compromisos del pacto de estabilidad, un déficit inferior al 3%, en 2012 "después del esfuerzo fiscal para combatir la crisis". También alegó que con su Ejecutivo se ha "disminuido la presión fiscal".
En la réplica, Rajoy contraatacó diciendo al Gobierno que no tiene "un criterio claro en política económica" y afirmando que "las cuentas públicas están descontroladas". Tras recordar las últimas declaraciones contradictorias en el seno del Ejecutivo en materia económia, lamentó que aquí "todo es imprevisible". "Así es imposible generar confianza, esto parece un circo", lamentó.
El presidente contestó acusando a Rajoy de ser "especialista en glosar las alternativas a las políticas de los demás" en lugar de decir las suyas. "Lo que es previsible es que usted no escucha, porque acabo de decir cuáles son mis objetivos, lo que hemos hecho y dónde queremos llegar, eso es previsibilidad", alegó.