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Zapatero niega ahora que al Nobel Krugman le aterre la economía española

Zapatero vuelve a faltar a la verdad. El presidente niega ahora que el Nobel Paul Krugman dijera en su visita que le “aterra” la economía española. Para Zapatero el profesor se refería a la situación internacional y pide que "releamos" a Krugman. LD recoge el testigo.

Zapatero vuelve a faltar a la verdad. El presidente niega ahora que el Nobel Paul Krugman dijera en su visita que le “aterra” la economía española. Para Zapatero el profesor se refería a la situación internacional y pide que "releamos" a Krugman. LD recoge el testigo.

LD (L. Ramírez) El presidente del Ejecutivo sigue empleando la táctica del avestruz para evitar responsabilidades políticas por la pobre gestión que está haciendo de la crisis economíca.

Primero empezó por negarla, hablando de “desaceleración” y negando la crisis financiera internacional pudiera afectar a España, después rechazó la existencia de una burbuja inmobiliaria en España, más tarde –cuando las cifras económicas constataban la gravedad de la situación- defendió que la culpa del paro en España era de la Administración de EEUU dirigida por George Bush y el último mensaje de propaganda se basa en confiar en el Plan E (un programa ineficiente, ineficaz y que eleva el déficit a niveles insostenibles).

Pues bien, este miércoles en el Congreso, a respuesta del diputado del PNV Josu Erkoreka, Zapatero negó que en su reciente visita a España, el Nobel de Economía –y hasta entonces gurú de Moncloa- dijera que está “aterrado” por la situación de la economía española. Por increible que parezca, Zapatero negó algo que es fácilmente comprobable si se acude a la hemeroteca.

Además, no era la primera vez que Krugman vaticinaba un negro panorama para la economía española si no se realizan reformas estructurales de calado, que sean drásticas y que eliminen rigideces, destacando entre todas ellas la reforma laboral (precisamente la única que manifiesta Zapatero que no va a realizar).

No contento con faltar a la verdad a los representantes de los ciudadanos en el Congreso, el presidente se atrevió a pedir que “releamos” a Krugman para ver que no está preocupado por la situación económica nacional.

Con este mensaje Zapatero contradice a su propio vicepresidente económico, Pedro Solbes, que ya ha dicho que no está de acuerdo con Krugman, así como al ministro de Industria, Miguel Sebastián, quien al día siguiente de la visita del Nobel, el presidente del Ejecutivo le ninguneó y dijo preferir al presidente de la Reserva Federal.

Siguiendo el “consejo” de Zapatero, Libertad Digital “relee” a Krugman para analizar los mensajes que ha lanzado en los últimos meses sobre el futuro de la economía española. El Nobel dice que le “aterra” la visión de lo que le viene encima a España.

Nuestra economía, dice, se sumirá en una crisis profunda, de la que no saldrá hasta transcurridos seis o siete años. España necesita ajustar sus precios y sus salarios a la realidad económica, y eso pasa por una bajada muy pronunciada. O brusca y breve, o suave, pero muy lenta. Y para ello exige a Zapatero, al hombre que negó la crisis, que emprenda “reformas estructurales” claras.

Reforma laboral, deflación y ajuste salarial

Krugman pronunció una conferencia sobre la crisis financiera el pasado 14 de marzo en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y, tras reconocer que no es experto en política española "y sólo puedo ser una ayuda modesta", reconoció que debido a su pertenencia al euro "el camino que tiene España por delante es muy arduo y difícil", puesto que, a su juicio, "los salarios en España y los precios son insostenibles y no están alineados con su situación económica".

Tras augurar que en la UE "vamos a presenciar un proceso de deflación, algo que no sería la primera vez que ocurre pero que hará que la situación sea más dura", consideró que el camino de salida de la crisis para España "será doloroso o extremadamente doloroso", algo que dependerá del entorno europeo y de la política y la situación en la UE.

En ese sentido, consideró que España "necesitaría una deflación relativa del 15%", y auguró que si la UE crece entre un 2% y un 3% "España pasará por una situación dolorosa de cinco a siete años", pero agregó que si la economía europea experimenta deflación "estaríamos hablando de reducir salarios y precios aún más por debajo de ese 15%", una situación que "no ha ocurrido en ningún país desde la Gran Depresión", por lo que España "tendrá una tarea enormemente difícil y complicada".

Mejor si no hubiera entrado en la eurozona

Preguntado sobre la conveniencia de que España se salga de la unión monetaria para afrontar la crisis, Krugman reconoció que es posible que España "estuviera en mejor situación si jamás se hubiera unido al euro" (tal como ha explicado Ld en numerosas ocasiones y como queda de manifiesta en el Informe Recarte 2009), aunque consideró que la entrada al euro "es irreversible" y querer salir del euro aunque fuera de forma temporal "nos llevaría al caos".

Posteriormente, tras el desayuno que mantuvo en La Moncloa con el presidente del Gobierno el pasado 16 de marzo, Krugman dijo que las perspectivas económicas en la UE son “aterradoras” y que el calificativo podría empeorar para España, ya que considera que nuestro país está en peor situación que nuestros vecinos del Viejo Continente, tal como le recordó este miércoles el diputado del PNV en el Congreso de los Diputados.

 

En el caso de España, Krugman cree que sólo se podrá salir de esta situación con un proceso interno de aumento de la productividad. De lo contrario, España estará abocada a la citada reducción drástica de los salarios, "lo cual es un proceso muy doloroso".

Krugman insistió en que España se encuentra en una situación especialmente difícil en comparación con el resto de los países europeos. "Los próximos años van a ser muy difíciles para los españoles", ha resaltado durante su intervención en Innovae, un foro del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Desde su conocimiento económico aconsejó a Zapatero poner en marcha “políticas drásticas” porque “las convencionales”, esto es las aprobadas hasta ahora como el Plan E, no sirven para salir de esta crisis: “Necesitamos soluciones diferentes y es preciso que los políticos se den cuenta de ello”, dijo en Madrid el Foro Innovae.

Con todos estos mimbres, es sorprendente que el Gobierno español niegue que Krugman hizo estos diagnósticos y que pida que “releamos” al Nobel. Quizá el problema es que es precisamente Zapatero el que no ha leído ni los libros de Krugman, ni su blog en New York Times, ni le escuchó (al intérprete) en su desayuno en La Moncloa, ni leyó los periódicos, prestó atención a la radio o vio la televisión al día siguiente del encuentro.

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