L D (Europa Press) El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se negó a ver la falta de acuerdo sobre el presupuesto comunitario como un problema "casi sin solución" y se a hablar de crisis en la UE, o de mensaje de debilidad ante los ciudadanos y hacia el exterior. "No ha podido ser a la primera", dijo simplemente en rueda de prensa tras finalizar el Consejo Europeo a altas horas de la madrugada de este sábado sin acuerdo sobre el presupuesto 2007-2013.
Zapatero pidió "un poco de perspectiva" a la hora de analizar las discusiones europeas y, con un ejemplo poco esperanzador, recordó que tampoco la Constitución europea se aprobó en el primer intento. A su juicio, la UE tiene "fortaleza y solidez institucional" para seguir negociando este asunto y, además, el proyecto europeo ha demostrado un "recorrido extraordinariamente positivo hasta ahora". "Europa es paz, libertad, democracia, y debe ser cada día motor de crecimiento y de empleo", añadió.
El jefe del Ejecutivo explicó que decidió rechazar la última propuesta presentada por la presidencia luxemburguesa de la UE para lograr un acuerdo porque "no era razonable dentro del esfuerzo" que el Gobierno estaba "dispuesto a hacer". Según dijo, aunque la presidencia mejoró la oferta para que España recibiera más dinero del Fondo de Cohesión –2.800 millones de euros durante cuatro años–, el paquete global suponía que España tuviera que hacer aportaciones "excesivas" al presupuesto comunitario. Según fuentes diplomáticas españolas, la última propuesta dejaba a España un saldo neto de 4.738 millones de euros en todo el periodo, por debajo de los 5.000 euros de saldo que habría supuesto la propuesta inicial de la Comisión Europea.
En todo caso, hizo hincapié en que España mostró en todo caso voluntad de seguir negociando, "con actitud constructiva y defensa del interés nacional", al contrario que otros países que se mostraron "irreductibles". "Con más tiempo de negociación –explicó– habríamos podido tener un escenario razonable". De hecho, apuntó que cuando varios países de la ampliación hicieron un último esfuerzo ofreciendo una reducción del nivel de gastos para lograr un acuerdo, él estuvo de acuerdo, entre otras cosas porque dicha reducción mejoraba en su opinión el saldo español.
"Pero hubo países que no abrieron ninguna puerta, España sí la abrió", apostilló. "Con más tiempo de negociación habríamos podido tener un escenario razonable", aseguró Zapatero, pero "otros países aseguraron que se había acabado el tiempo. Además del problema del saldo neto, el Gobierno español habría deseado que aumentara el dinero dedicado a la política de cohesión, que las sucesivas propuestas de la presidencia fueron recortando progresivamente. "Espero y deseo un acuerdo en el menor tiempo posible", añadió.
Así, Zapatero deseó "éxito" a la presidencia británica, que comienza su mandato el 1 de julio, para lograr un acuerdo, y afirmó que España dispone "de un tiempo razonable" para lograr un acuerdo sin que "los parámetros económicos" actuales "tengan afectación", es decir, sin que el crecimiento económico de España y las comunidades autónomas perjudique su capacidad de recibir ayudas europeas. Sin embargo, tras ironizar sobre su "reciente afición a hacer pronósticos", no quiso especular sobre cómo afectará el tiempo a la eligibilidad de las regiones españolas. "No parece que sea un horizonte inmediato", dijo.
Para el jefe del Ejecutivo, el "problema esencial" de esta Cumbre es que eran las "primeras perspectivas financieras de una Europa a 25" y la UE se ha enfrentado a una "realidad nueva" que "tarda tiempo en forjar". Por todo ello, consideró que aprobar el primer marco financiero plurianual de la UE ampliada "va a exigir un periodo de reflexión más amplio que el que nos hemos dado hasta ahora".