Fuentes de Moncloa citadas por El País minimizan el impacto político que podría tener la ruptura del llamado diálogo social. Muy al contrario, lo que destacan es que Zapatero podría salir beneficiado del enfrentamiento con los empresarios. Su intención, cuentan, es intensificar las promesas a los trabajadores cuando el paro alcanza ya el 18 por ciento, presentándose como su defensor y culpando a Díaz Ferrán de poner en riesgo el sistema de pensiones.
En esta estrategia entran varios anuncios que prepara el presidente. Uno es el decretazo por el que se ampliará el subsidio para los empleados, que estará listo en dos semanas. Otro es la subida de las pensiones más bajas, que anunciará en la localidad leonesa de Rodiezmo a primeros de septiembre. Además, según las fuentes de Moncloa que cita Prisa, el presidente piensa aparcar cualquier acuerdo previo con la patronal: las cotizaciones no se reducirán en nada y será el Gobierno quien tome las riendas definitivamente.
En El Mundo, cuentan que el "enfado monumental" de Zapatero llega al punto de que "ya no considera a Díaz Ferrán como interlocutor". Apuntan, además, a que el Gobierno "está unido" en esta cuestión. Ya lo demostraron con creces este sábado Miguel Sebastián y Manuel Chaves, que se unieron con entusiasmo a las críticas a la patronal.
Mientras, la CEOE prepara para el martes una reunión en la que se quiere reflejar la unidad de sus miembros en torno a Díaz Ferrán. Fuentes de la patronal insisten en culpar a los sindicatos de la situación y en apuntar a la influencia de ellos sobre el Gobierno. Apuntan, en concreto, a Cándido Méndez, cuenta El Mundo. Al dirigente de UGT le califican como "el verdadero artífice de buena parte de la política económica de Zapatero".