(Libertad Digital) El proceso de "canje de deuda por educación" se hará conforme a las normas del Club de París y es parte de los respaldos del Ejecutivo español al de Argentina, en su lucha por reducir la pobreza y otros problemas sociales.
Además, Zapatero, ha manifestado su intención "de acercar posiciones" entre el Gobierno del presidente Néstor Kirchner y las empresas de servicios públicos con capitales españoles radicadas en Argentina, en conflicto con el Ejecutivo argentino por el retraso de las tarifas de los citados servicios, congeladas desde el año 2002.
Por el momento, Kirchner está consiguiendo todos sus propósitos. En septiembre pasado, el Fondo Monetario Internacional accedió de aplazar los pagos no obligatorios por valor de 1.100 millones de dólares que Buenos Aires debía haber realizado antes de enero de 2004. Aunque, según el FMI, Argentina tendrá que abonar esos pagos un año después de su vencimiento original.
Previamente, en la primavera pasada, el directorio del Fondo Monetario Internacional aprobaba la segunda revisión de su acuerdo de tres años –firmado en septiembre de 2003 con Argentina–. Gracias a esta aprobación, el FMI devolvía a Argentina los últimos 3.100 millones de dólares que ésta había pagado, para que pudiera reponer sus reservas de divisas. Esta revisión se aprobó después de que el presidente Nestor Kirchner amenazase con no pagar si la institución financiera no accedía a sus peticiones..
Entretanto, Argentina sigue debiendo 88.000 millones de dólares a acreedores privados y todavía no ha alcanzado ningún acuerdo con ellos. Su última propuesta, consistente en una rebaja del 75 por ciento del valor nominal de los mismos, no fue aceptada por los acreedores.
El poder de convicción de Kirchner con las empresas españolas
En lo que respecta a España, el presidente Argentino también va consiguiendo lo que quiere. El enfrentamiento principal se debe a las tarifas de los servicios públicos, que están congeladas desde la crisis de 2002. En su primer viaje a España, en 2003, Kirchner acusó a los empresarios españoles de hipócritas. “Salvo el FMI, dijo, cualquiera sabía lo que iba a ocurrir en Argentina. ¿Ustedes no lo veían? ¿Quién les asesoraba?”. Poco después, sus críticas se centraron en la petrolera española Repsol-YPF a la que acusó de "extorsionar" a Argentina por no realizar mayores inversiones.
Posteriormente, el Gobierno argentino sancionó a varias empresas españolas por los cortes de luz y agua y anunció un aumento de los impuestos a la exportación de hidrocarburos de hasta el 20 por ciento. Esta medida afectó principalmente a Repsol YPF, que extrae el 43 por ciento del crudo que se produce en el país.
Finalmente, y tras conseguir un compromiso de Repsol de aumentar sus inversiones en el país, el Ejecutivo argentino alcanzó un acuerdo con las empresas suministradoras y anunció que liberalizaría el precio del gas para uso industrial en julio de 2005 y para el consumidor doméstico el 31 de diciembre de 2006.
En su segunda visita a España, en 2004, Kircher también consiguió que el presidente de la CEOE, José María Cuevas, suscribiese un acuerdo para favorecer y promover entre las empresas españolas el desarrollo de proyectos de inversión en Argentina.