En julio del año pasado el Producto Interior Bruto (PIB) español había sufrido un duro ajuste y registraba una tasa de crecimiento del 0,3%. Esto devolvía a la economía española a la década de los 90, cuando se registró una dura crisis económica.
Entonces, existía el temor a que la tormenta crediticia colocara a España en una situación económica peor a la de la crisis de mediados de los 90. LD publicó que los datos macroeconómicos como el frenazo del PIB y la fuerte destrucción de empleo así como la caída del consumo hacían prever que los problemas no sólo serían peores a los de 1990 sino que alcanzarían las proporciones de la crisis del petróleo de 1970.
En 1994 la afiliación a la seguridad social crecía un escaso 0,7%. Ahora, la destrucción de empleo sitúa esta tasa cerca del -7%.
Este viernes el INE ha publicado el avance de contabilidad nacional trimestral en el que refleja una caída intertrimestral del PIB del 1%, que según Eurostat es la peor caída de la Eurozona. Mientras, otros países ya registran tasas positivas, como Alemania, Francia, Portugal, Grecia y Eslovaquia.
El resto de países de la zona euro registran tasas negativas de crecimiento, pero ninguno de ellos alcanza la caída del 1% intertrimestral que registra España.
Con este panorama, los datos recogidos por la oficina estadística comunitaria también pone de manifiesto que España tardará más en salir de la crisis que muchos de sus vecinos..
Si hablamos en términos interanuales, la caída del PIB es del 4,1%, es decir un crecimiento del -4,1%. Esta supone la mayor caída interanual del PIB de toda la serie histórica desde que se recogen datos en 1970.
Sin atisbos de recuperación
Lo peor de la situación económica en la que nos encontramos es la falta total de optimismo. Pese a los indicios de recuperación que dicen ver la Fed y el BCE, ningún analista se atreve a pronosticar mejoras para nuestra economía.
Aún no salen las cuentas. Pese a los brotes verdes que ha querido ver el Ejecutivo en la moderación intermensual -que no interanual- del desempleo durante el verano, Corbacho ya espera sufrir un otoño dramático en materia laboral. Según la última Enucesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro supera ya el 18% y los analistas sitúan la misma por encima del 20% para el próximo año. Hay quien incluso se atreve a pronosticar un paro del 25% o el 30% a finales de 2010.
Teniendo en cuenta que España no logra generar empleo si crece por debajo del 2,5% anual, a un ritmo de crecimiento del PIB del -4,1% interanual, se antoja complicado que la situación mejore en los próximos años. Además, las consecutivas caídas de precios, consecuencia de un frenazo del consumo, la escasa actividad exportadora y el fortísimo incremento en el gasto público, no parecen señalar el camino hacia la recuperación.