L D (EFE) Fuentes del fabricante español Seat desmintieron también que la casa matriz alemana Volkswagen quiera vender esta marca a un grupo chino, como había informado Der Spiegel.
Un portavoz de Seat calificó esta versión de "pura especulación mediática" y precisó que Volkswagen no quiere ni vender la marca Seat ni producir modelos del mismo grupo en Martorell (Barcelona), tal y como afirma la revista. "Seat se halla en un proceso de reestructuración para reposicionar la marca y para ello necesita tiempo", indicó esta fuente, tras añadir que los modelos recién lanzados, como el León, tienen apenas un año y han sido muy bien acogidos por el mercado.
El portavoz agregó que Seat obtuvo en 2004 más beneficios con un volumen menor de ventas. Sus ganancias fueron de 145 millones de euros, lo que supone un incremento del 7,8 por ciento frente al ejercicio anterior.
Por su parte, la revista asegura que Seat, pese al éxito de los modelos recién lanzados, está este año en números rojos y añade que hasta mediados de 2006 debe aumentar considerablemente las ventas y los beneficios, y demostrar que tiene suficientes recursos financieros para justificar más inversiones en nuevos modelos. De lo contrario, la marca española puede ser vendida a algún fabricante chino que desea introducirse en el mercado europeo, señaló Der Spiegel.
Durante el Salón Internacional del Automóvil (IAA) de Fráncfort, el presidente de Seat, Andreas Schleef, se limitó a comentar que la futura estrategia de la casa se basa en el eslogan "La nueva Seat", pero no citó en concreto la producción de nuevos modelos. La aportación de Seat a este salón, que se celebra del 15 al 25 de septiembre, fue modesta y consistió en el Altea FR, una versión deportiva de este monovolumen. Varios fabricantes chinos como las marcas Geely, Briliance y Landwind han causado un notable revuelo al acudir por primera vez a esta cita con modelos de escasa calidad, pero de muy bajos precios.
Por su parte, la casa matriz Volkswagen se halla inmersa en una profunda reestructuración para reducir costes de producción y personal, que pasa por eliminar, al menos, 10.000 empleos en las plantas alemanas y deshacerse de los segmentos menos productivos. En una entrevista publicada esta semana, el jefe de la marca Volkswagen, Wolfgang Bernhard, apuntó que si el grupo no consigue cambiar el rumbo en tres años, la actual crisis pondrá en peligro la propia existencia del constructor.