LD (EFE) El Partido Socialista, en la misma línea que los partidos de izquierdas, afirmó que "apoya esta fuerte movilización social y la convocatoria de huelga" contra una reforma que marca "el fin de la jubilación a los 60 años y aumenta la bajada del nivel de pensiones, ya erosionado" con los cambios de 1993. Sin embargo, la unanimidad sindical de apoyo a la movilización esconde posiciones muy matizadas ya que la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos (CFTC) y la Confederación General de Directivos (CGC) no atacan la reforma en sí, aunque exigen ciertas "mejoras".
El punto central del anteproyecto de ley presentado por Fillon la semana pasada, e intocable para el Gobierno, es el alargamiento del periodo de cotizaciones que da derecho a una pensión completa hasta 42 años en el horizonte de 2020, frente a los 40 actuales en el sector privado y 37,5 para los funcionarios. Además, y aunque se mantiene la posibilidad de jubilarse a partir de los 60 años, los que no hayan cubierto el periodo de cotización verán reducida su pensión en un 6 por ciento por cada año de menos a partir de 2009, mientras que ese porcentaje es ahora del 10 por ciento en el sector privado y del 3 por ciento para los funcionarios.
El Gobierno francés estaría dispuesto a cambiar dos puntos concretos de su reforma. El principal es el nivel de pensiones para los trabajadores que cotizan sobre la base del salario mínimo, y que la propuesta gubernamental deja en el 75 por ciento, mientras que la CFDT pide el 90 por ciento. El otro es la posibilidad de que se jubilen antes de los 60 años quienes ya han cotizado 40 años, al margen de la edad a la que empezaran a trabajar, cuando el proyecto del Ejecutivo sólo lo permite para quienes entraron en la vida activa antes de cumplir los 16 años.
También caben ajustes de última hora sobre qué primas de los funcionarios pueden tenerse en cuenta en el cálculo de la pensión, y si para establecerla se deben tomar como referencia los tres últimos años de carrera, como pretende el Gobierno, o sólo los seis meses del final. Frente a cualquier disposición conciliadora están sobre todo la Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO), que atacan la base de la reforma.
El punto central del anteproyecto de ley presentado por Fillon la semana pasada, e intocable para el Gobierno, es el alargamiento del periodo de cotizaciones que da derecho a una pensión completa hasta 42 años en el horizonte de 2020, frente a los 40 actuales en el sector privado y 37,5 para los funcionarios. Además, y aunque se mantiene la posibilidad de jubilarse a partir de los 60 años, los que no hayan cubierto el periodo de cotización verán reducida su pensión en un 6 por ciento por cada año de menos a partir de 2009, mientras que ese porcentaje es ahora del 10 por ciento en el sector privado y del 3 por ciento para los funcionarios.
El Gobierno francés estaría dispuesto a cambiar dos puntos concretos de su reforma. El principal es el nivel de pensiones para los trabajadores que cotizan sobre la base del salario mínimo, y que la propuesta gubernamental deja en el 75 por ciento, mientras que la CFDT pide el 90 por ciento. El otro es la posibilidad de que se jubilen antes de los 60 años quienes ya han cotizado 40 años, al margen de la edad a la que empezaran a trabajar, cuando el proyecto del Ejecutivo sólo lo permite para quienes entraron en la vida activa antes de cumplir los 16 años.
También caben ajustes de última hora sobre qué primas de los funcionarios pueden tenerse en cuenta en el cálculo de la pensión, y si para establecerla se deben tomar como referencia los tres últimos años de carrera, como pretende el Gobierno, o sólo los seis meses del final. Frente a cualquier disposición conciliadora están sobre todo la Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO), que atacan la base de la reforma.