LD (EFE) "España figura entre los diez países más competitivos en los mercados de la UE en la primera mitad de los noventa, pero ha perdido posiciones y desaparece de ese grupo en el segundo quinquenio de la década", señala el informe, titulado "La competitividad de la economía española: inflación, productividad y especialización".
Entre 1991 y 1995, España era el sexto país más competitivo en el mercado de la UE, después de Vietnam, países de Europa Central, Túnez, Irlanda y Noruega, aunque no aparecía entre los diez mejores países en otros mercados como Estados Unidos, Japón y Sudeste Asiático. En cambio, entre 1995 y 2001 España desaparece del ránking de los países más competitivos de la UE, que queda encabezado por Vietnam –de nuevo–, países de Europa Central, Turquía, Irlanda, Islandia y China.
Entre 1991 y 1995, España era el sexto país más competitivo en el mercado de la UE, después de Vietnam, países de Europa Central, Túnez, Irlanda y Noruega, aunque no aparecía entre los diez mejores países en otros mercados como Estados Unidos, Japón y Sudeste Asiático. En cambio, entre 1995 y 2001 España desaparece del ránking de los países más competitivos de la UE, que queda encabezado por Vietnam –de nuevo–, países de Europa Central, Turquía, Irlanda, Islandia y China.
Según el estudio, "en el primer quinquenio de la década, España sólo presenta ventaja competitiva en los mercados europeos, mientras que padece una ligera desventaja competitiva en los mercados norteamericanos y logra una ligera ventaja en Japón y en el Sudeste Asiático. Las ventajas detectadas tienden a reducirse en la segunda parte de los noventa".
Según advierte el estudio, "una de las amenazas que se advierten en la evolución de la economía española es que sus mejoras de renta en los últimos años no van acompañadas de crecimientos de productividad", por lo que "es probable que los costes acaben presionando sobre los márgenes empresariales y sobre los precios, provocando la pérdida de las ventajas en este sentido".
Según advierte el estudio, "una de las amenazas que se advierten en la evolución de la economía española es que sus mejoras de renta en los últimos años no van acompañadas de crecimientos de productividad", por lo que "es probable que los costes acaben presionando sobre los márgenes empresariales y sobre los precios, provocando la pérdida de las ventajas en este sentido".