LD (EFE) El informe de la CGSE considera que "un choque militar con Irán podría acarrear la interrupción de los suministros de petróleo de la región con serias implicaciones para el mercado de crudo internacional y mucho más". "En esas circunstancias, el precio del crudo bien podría subir a niveles que rebasasen los 100 dólares", advierte el CGSE.
Para hacerse una idea de los posibles efectos de ese encarecimiento, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, para entrega en junio cotizaba actualmente en torno a los 66,50 dólares, muy por debajo de la barrera de los 100 dólares. Según el estudio, el sector de la energía está en crisis en la República Islámica, pese a disponer de las segundas mayores reservas de crudo convencional y gas natural del mundo.
Por eso, Teherán busca tecnología nuclear para la producción de electricidad, aunque EEUU y la Unión Europea (UE) acusan al régimen de los ayatolás de perseguir la fabricación de armas atómicas. "Como en otros países en desarrollo, la necesidad de electricidad en Irán crece con mayor rapidez que su Producto Interior Bruto (PIB)", apunta el texto.
En ese contexto, pues, parece razonable que el país musulmán "deba evaluar otras opciones para la generación de electricidad y la energía nuclear es, obviamente, una opción". El CGSE calcula que Teherán tardaría "unas dos décadas" en disponer de la infraestructura adecuada para lograr ese objetivo, de ahí que "las autoridades iraníes digan que ahora necesitan emprender el camino nuclear para una industria nuclear que funcione bien cuando el país dependa de ella para su abastecimiento eléctrico".
Pese a la tensión entre la República Islámica y Occidente, el centro no ve probable una acción militar por "las trágicas consecuencias" que tendría para "todas las partes implicadas". De esa manera, el informe concluye que, "a su debido tiempo, se encontrará una solución de compromiso pacífico a la disputa nuclear de Irán". "Un conflicto militar –agregan los analistas del CGES– se considera improbable, aunque, por supuesto, nada puede descartarse completamente".
Para hacerse una idea de los posibles efectos de ese encarecimiento, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, para entrega en junio cotizaba actualmente en torno a los 66,50 dólares, muy por debajo de la barrera de los 100 dólares. Según el estudio, el sector de la energía está en crisis en la República Islámica, pese a disponer de las segundas mayores reservas de crudo convencional y gas natural del mundo.
Por eso, Teherán busca tecnología nuclear para la producción de electricidad, aunque EEUU y la Unión Europea (UE) acusan al régimen de los ayatolás de perseguir la fabricación de armas atómicas. "Como en otros países en desarrollo, la necesidad de electricidad en Irán crece con mayor rapidez que su Producto Interior Bruto (PIB)", apunta el texto.
En ese contexto, pues, parece razonable que el país musulmán "deba evaluar otras opciones para la generación de electricidad y la energía nuclear es, obviamente, una opción". El CGSE calcula que Teherán tardaría "unas dos décadas" en disponer de la infraestructura adecuada para lograr ese objetivo, de ahí que "las autoridades iraníes digan que ahora necesitan emprender el camino nuclear para una industria nuclear que funcione bien cuando el país dependa de ella para su abastecimiento eléctrico".
Pese a la tensión entre la República Islámica y Occidente, el centro no ve probable una acción militar por "las trágicas consecuencias" que tendría para "todas las partes implicadas". De esa manera, el informe concluye que, "a su debido tiempo, se encontrará una solución de compromiso pacífico a la disputa nuclear de Irán". "Un conflicto militar –agregan los analistas del CGES– se considera improbable, aunque, por supuesto, nada puede descartarse completamente".