El gigante financiero UBS acaba de publicar un informe bajo el título El futuro del dólar estadounidense, al hilo del intenso debate que ha generado la estabilidad del billete verde en los principales círculos financieros y políticos del mundo durante los últimos meses.
El estudio, elaborado por UBS Financial Services Inc. (UBSFS), señala que "las perspectivas de elevados déficits fiscales y alta inflación continuarán lastrando al dólar estadounidense". De hecho, la entidad destaca que el dólar "está perdiendo lentamente su posición de dominio como la principal divisa de reserva internacional".
"Creemos que el desalentador balance de EEUU -especialmente el crecimiento de sus ya elevados niveles de endeudamiento público y su enorme déficit por cuenta corriente- será un lastre para el dólar estadounidense en un futuro previsible". La entidad estima, además, que EEUU presentará una mayor inflación que otros países en los próximos años. "Otra carga más para el dólar", advierte.
La financiación exterior de los déficits de EEUU -público y exterior- es "un riesgo importante". En este sentido, tanto el dólar como el yen japonés afrontan "enormes dificultades para su apreciación": el ratio deuda-PIB de Japón se acerca al 200%, mientras que EEUU acumula una fuerte dependencia de la financiación externa, ya que acumula un déficit por cuenta corriente superior al 50% de su PIB en 2008.
Por ello, según UBS, los "graves desequilibrios mundiales perjudicarán más al dólar estadounidense que a las divisas de la mayoría de las economías avanzadas".
Sin embargo, pese a estas tensiones, en la actualidad no existe un "sustituto" para el dólar en el comercio mundial y como divisa de reserva internacional. "Como muchos países tienen sus ahorros en la moneda estadounidense, habría una resistencia universal a un colapso del dólar", indica.
Por ello, "sólo una gran convulsión geopolítica o económica podría destronar al dólar estadounidense como divisa de reserva internacional", destacan los analistas de la entidad suiza. Y es que, la razón de la permanencia del dólar, a pesar de sus múltiples problemas, es obvia: "Los efectos de red -los beneficios acumulados de tener una única divisa de reserva dominante- tienen un valor considerable para la economía mundial".
Pese a ello, UBS advierte de que, "dados los profundos problemas económicos de EEUU y la demanda general de una cartera de divisas más diversificada entre inversores públicos y privados, esperamos que disminuya la proporción de dólares en las carteras internacionales". "Los bancos centrales buscarán diversificar sus reservas de divisas", incide. En resumen, "creemos que el dólar estadounidense puede ir perdiendo lentamente su dominio absoluto".
Durante los últimos 20 años, EEUU ha podido colocar enormes cantidades de activos denominados en dólares por todo el mundo gracias al estatus del dólar como divisa de reserva internacional, pero en los próximos años, la primera potencia mundial continuará dependiendo de los flujos de inversión exterior para financiar sus enormes déficits fiscal y comercial.
"Esto significa que los posibles cambios en las posiciones de las reservas de divisas deben producirse gradual y deliberadamente para evitar el riesgo de un colapso del dólar". De ahí que, según UBS, pueda "surgir lentamente un marco de reservas multidivisa".
El euro ganará terreno
A este respecto, el banco indica que "no hay una única divisa esperando para ocupar el lugar del dólar". Aunque el euro puede ser el principal competidor como divisa de reserva internacional, la "heterogénea estructura política de la Zona Euro limita sus posibilidades, igual que la enorme ratio deuda-PIB de Japón es un impedimento para el yen, mientras que la limitada convertibilidad del yuan chino también crea obstáculos para su adopción a escala mundial.
Por ello, "creemos que un instrumento de reserva multidivisa -con el dólar estadounidense desempeñando un papel protagonista- puede ser lo más probable". Pese a todo, la entidad insiste en que el uso generalizado del billete verde como moneda de cambio para el comercio internacional no está amenazado".
La existencia de una "única divisa, aceptada universalmente, es eficiente y sustituirla conllevaríaenormes costes". Así, "como EEUU sigue siendo la mayor área monetaria del mundo y cualquier cambio en la composición de las reservas de divisas mundiales sería difícil de orquestar, creemos que el papel dominante del dólar en el comercio internacional continuará en un futuro previsible".
En cuanto al futuro de otras monedas, la entidad señala que el euro "ganará terreno gracias a su entorno macroeconómico más estable". Además, "algunas divisas de los mercados emergentes también deberían apreciarse frente a las de los países desarrollados" durante la próxima década.