Trinidad Jiménez justificó su decisión diciendo que hacía varias semanas que había concertado su cita con Lissavetzky. Los dos candidatos socialistas a la alcaldía y la presidencia de Madrid compartieron acto al frente de sus actuales departamentos. Este martes tocaba la firma de dos convenios para reforzar los vínculos institucionales entre estas entidades y colaborar para favorecer la adquisición de hábitos de vida saludables mediante la promoción de la actividad física y el deporte.
Esto le parecía a Jiménez más importante que acudir a la Asamblea de Madrid, donde tenía lugar la primera jornada del Debate sobre el estado de la Región. Y eso a pesar de que Lissavetzky tuvo que retrasar su viaje de vuelta de Nueva York, donde había estado viendo el triunfo de Rafa Nadal (quizás en algún momento alguien podría preguntarse si es necesario y cuánto cuesta que el secretario de Estado para el deporte esté en todos los acontecimientos deportivos donde importantes donde hay participación española), lo que podía haber dado la excusa perfecta para suspender el acto.
Ya en la Asamblea, tuvo lugar la primera parte de este debate anual en dos fases, pues mañana continuará con las réplicas de los grupos parlamentarios. Y no hubo fotos del morbo. El líder del PSM y aspirante a candidato socialista a la Comunidad, Tomás Gómez, aseguró que no fue adrede, pero consiguió no retratarse en ningún momento con Aguirre, quien sin embargo paseó durante largo rato por los pasillos de la Asamblea regalando besos y saludos a diputados e invitados.
Sin foto entre los presentes, los corrillos ardían en conversaciones sobre los ausentes. Así, este año el debate preferido fue la ausencia de la ministra de Sanidad, tema que consiguió eclipsar la ya tradicional falta del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quien envió a su mano derecha, Manuel Cobo, recién indultado por su partido por criticar abiertamente a la presidenta regional.
También los dos líderes regionales de CC.OO. y UGT, Javier López y José Ricardo Martínez, optaron por no acudir a la tribuna este año, ocupados en la preparación de la huelga general del 29 de septiembre y sabedores de que Aguirre anunciaría un drástico recorte de liberados sindicales.
Quien sí estuvo fue el portavoz de UPyD, Javier García, pero no gozó de la atención mediática que cosechó Tomás Gómez, quien dijo que el discurso de Aguirre fue el propio de una "presidenta saliente, sin esperanza, ni propuestas de futuro".