L D (EFE) Trichet, que sustituye en el cargo a Wim Duisenberg, se pone al frente del instituto europeo establecido en 1998 en un momento delicado para la economía de los doce países del área, con unas perspectivas de crecimiento modestas de tan solo el 1,8 por ciento en 2004, según las últimas previsiones de la Unión Europea.
La reciente apreciación del euro, en detrimento de las exportaciones europeas, es otro reto que deberá afrontar el economista galo, cuya candidatura al puesto estuvo pendiente de un hilo hasta que el pasado verano fue definitivamente absuelto de haber manipulado las cuentas del antiguo banco estatal Credit Lyonnais, cuando era director del Tesoro francés. La observancia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que países tan importantes como Alemania y Francia infringirán este año, es otro de los objetivos que se encargará de recordar el economista a los Estados miembros del área.
Al igual que su antecesor, Trichet será "el primero entre iguales" en el directorio de la entidad, al que pertenecen el vicepresidente, Lucas Papademos; el economista jefe, Otmar Issing; el responsable de billetes y estadísticas, Eugenio Domingo Solans, el italiano Tommaso Padoa-Schioppa y la austríaca Gertrude Tumpel-Gugerell. Su primeras intervenciones en público serán el próximo lunes en Atenas, en la celebración del 75 aniversario del banco central griego, y el jueves, día 6, la conferencia de prensa mensual tras la reunión habitual del consejo de gobierno.
Casi todos los analistas creen que en esta ocasión Trichet dejará inalterados los tipos de interés, que desde junio de este año están en el 2,0 por ciento, el mínimo en más de medio siglo en los países que hoy conforman la Unión Monetaria. Tampoco se espera que Trichet, conocido por su pragmatismo y adherencia al principio de estabilidad de los precios, intente introducir cambios fundamentales en la política monetaria, que es decidida de manera colegiada por los gobernadores de los doce bancos centrales de la zona euro y los seis miembros del directorio.
La reciente apreciación del euro, en detrimento de las exportaciones europeas, es otro reto que deberá afrontar el economista galo, cuya candidatura al puesto estuvo pendiente de un hilo hasta que el pasado verano fue definitivamente absuelto de haber manipulado las cuentas del antiguo banco estatal Credit Lyonnais, cuando era director del Tesoro francés. La observancia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que países tan importantes como Alemania y Francia infringirán este año, es otro de los objetivos que se encargará de recordar el economista a los Estados miembros del área.
Al igual que su antecesor, Trichet será "el primero entre iguales" en el directorio de la entidad, al que pertenecen el vicepresidente, Lucas Papademos; el economista jefe, Otmar Issing; el responsable de billetes y estadísticas, Eugenio Domingo Solans, el italiano Tommaso Padoa-Schioppa y la austríaca Gertrude Tumpel-Gugerell. Su primeras intervenciones en público serán el próximo lunes en Atenas, en la celebración del 75 aniversario del banco central griego, y el jueves, día 6, la conferencia de prensa mensual tras la reunión habitual del consejo de gobierno.
Casi todos los analistas creen que en esta ocasión Trichet dejará inalterados los tipos de interés, que desde junio de este año están en el 2,0 por ciento, el mínimo en más de medio siglo en los países que hoy conforman la Unión Monetaria. Tampoco se espera que Trichet, conocido por su pragmatismo y adherencia al principio de estabilidad de los precios, intente introducir cambios fundamentales en la política monetaria, que es decidida de manera colegiada por los gobernadores de los doce bancos centrales de la zona euro y los seis miembros del directorio.