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Trichet deja intactos los tipos de interés y descarta cualquier movimiento a corto plazo

El consejo de gobierno del Banco Central Europeo ha decidido mantener los tipos básicos de interés en la Eurozona en el 2 por ciento, por la debilidad del crecimiento económico, tal y como esperaban los mercados. Los analistas consideran que la entidad monetaria europea no subirá el precio del dinero hasta que la reactivación de la economía de la zona euro se haya consolidado, a diferencia de la Reserva Federal estadounidense, que lo hizo de nuevo este miércoles hasta dejarlos en el 3 por ciento.

El consejo de gobierno del Banco Central Europeo ha decidido mantener los tipos básicos de interés en la Eurozona en el 2 por ciento, por la debilidad del crecimiento económico, tal y como esperaban los mercados. Los analistas consideran que la entidad monetaria europea no subirá el precio del dinero hasta que la reactivación de la economía de la zona euro se haya consolidado, a diferencia de la Reserva Federal estadounidense, que lo hizo de nuevo este miércoles hasta dejarlos en el 3 por ciento.
LD (EFE) El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, echó un jarro de agua fría a los que esperaban un cambio inminente de los tipos de interés en la eurozona, al considerarlos adecuados en las condiciones actuales.

Pillado por el dilema de una desaceleración del crecimiento en la Eurozona y las posibles presiones inflacionistas futuras, el instituto europeo descartó un descenso del precio del dinero y se abstuvo de dar pistas sobre una subida, que sería contraproducente para la economía de los Doce.

En la reunión en la capital alemana, la primera de las dos anuales que los 18 miembros del consejo de gobierno celebran fuera de su sede de Fráncfort, éstos acordaron dejar intactas las tasas en el 2 por ciento, un nivel históricamente bajo del que no se han movido desde junio de 2003.
 
Trichet quiso despejar cualquier duda sobre un posible recorte de los intereses a corto plazo, tal como han sugerido economistas de países con un índice bajo de crecimiento económico, como Alemania, pero también descartó un alza, al menos a corto plazo. Este conservadurismo en política monetaria contrasta con las ocho subidas de los tipos que ha hecho la Reserva Federal norteamericana desde el pasado junio, siendo la última la de ayer, para poner los intereses en el 3,0 por ciento, un punto más que en Europa.

El jefe del BCE advirtió de que una rebaja de los intereses restaría credibilidad al mandato dado al banco de garantizar la estabilidad de los precios, lo que repercutiría, a su vez, en un incremento de las tasas de mercado a largo plazo. El muy bajo precio del dinero sirve para crear empleo y fomentar la aceleración económica, contestó Trichet a los críticos del inmovilismo monetario del instituto europeo.

En su rueda de prensa mensual, Trichet también insinuó la necesidad de revisar a la baja el potencial de crecimiento económico en la zona euro, que oficialmente oscila entre el 2 y el 2,5 por ciento, al percibirse unas proyecciones económicas poco halagüeñas para los próximos meses. A corto plazo, las perspectivas para la actividad económica "son a la baja", una tendencia resultante de la continuada alza de los precios del petróleo en los meses pasados, aunque a más largo plazo permanecen las condiciones para un crecimiento más robusto del Producto Interior Bruto (PIB), dijo el banquero galo.

El BCE tiene un claro motivo para no recortar las tasas al no haber registrado presiones inflacionistas y augura para los próximos meses una subida de los precios en torno al 2,1 por ciento, el mismo nivel que en marzo y abril. Trichet aventuró que, para más adelante, el índice de encarecimiento se colocará en torno al 1,9 por ciento, el nivel ideal considerado por el BCE para asegurar la estabilidad de precios a los 306 millones de la zona euro. También aprovechó la cita con la prensa para pedir a los agentes sociales que asuman su responsabilidad para evitar que haya efectos secundarios en la inflación derivados de las subidas salariales.

El diferencial de un punto porcentual de las tasas entre EEUU y Europa puede resultar más atractivo para las inversiones en dólares, pero la primera reacción en los mercados de divisas a este desfase ha sido de una leve revalorización del euro respecto al dólar. La relativa debilidad de la moneda europea en los últimos días daba paso este miércoles  a una cierta fortaleza al cambiarse el euro a 1,2950 dólares en los mercados europeos.

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