Las entidades implicadas han afirmado en un comunicado conjunto que han adoptado esta "importante decisión" para constituir una nueva caja de ahorros "más dimensionada, más eficiente y con una mejor capacidad" para afrontar la crisis en mejores condiciones y competir en los nuevos mercados financieros.
El proyecto, aseguran, ha sido valorado "muy positivamente" tanto por la Generalidad como por el Banco de España y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), que lo consideran "un proyecto de referencia en el proceso de reordenación del sistema financiero español".
Los consejos de administración de Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu han evaluado este martes por la tarde, en sus respectivas reuniones, los diferentes modelos de colaboración que se han planteado en los últimos meses para mejorar su eficiencia.
Tras valorar las distintas alternativas de actuación común, los consejos han dado su visto bueno a la propuesta que prevé su integración. Después de los acuerdos de los consejos, se inicia ahora la fase para desarrollar los trabajos relacionados con la integración y la implantación del proyecto.
Ello se llevará a cabo a través de comisiones mixtas, que analizarán cómo se materializa esta fusión desde el punto de vista de las redes de oficinas, de personal, de la actividad aseguradora, de la plataforma tecnológica o de las compañías filiales.
Esta nueva fase de trabajo conducirá a la definición de un proyecto final, que está previsto que concluya a finales del próximo mes de septiembre, para posteriormente ponerlo a consideración de los organismos supervisores y de los órganos de gobierno de las tres cajas.
La entidad resultante tendría unos activos totales de 27.500 millones de euros, unos depósitos administrados de 25.500 millones y una inversión crediticia de 21.500 millones. Con este volumen de actividad, la entidad ocuparía el tercer puesto en el ranking del ahorro catalán y el noveno por depósitos administrados entre las cerca de 40 cajas que operan en España.
Las tres cajas catalanas han destacado en la nota que presentan "un alto nivel de complementariedad" y que tienen la intención de mantener su "arraigo" en sus territorios de referencia. Es por ello que mantendrán sus respectivos nombres en aquellas poblaciones "de histórica presencia", lo que se compatibilizará con una marca comercial nueva para el resto de la red, que podría ser Unió de Caixes Catalanes.
Las dos cajas del vallés, Sabadell y Terrassa, tienen unas características y una dimensión similar. Caixa Sabadell administraba a finales de 2008 un volumen de depósitos de 11.866 millones de euros y tenía unos recursos propios de 981 millones, mientras que Caixa Terrassa contaba con unos depósitos de 10.659 millones y unos recursos de 1.090 millones.
Caixa Manlleu, la más pequeña de las entidades implicadas en el proceso de fusión, cerraba el año con unos recursos propios de 197 millones y unos depósitos de 2.501 millones. En cuanto a resultados, Caixa Terrassa obtuvo un beneficio neto de 49,5 millones de euros, seguida de Sabadell, con 42 millones, y Manlleu, con 6.
El pasado 30 de junio, los directivos de las tres cajas presentaron ante el Banco de España un primer borrador de su proyecto de fusión, dando así el primer paso formal hacia su integración.
Los directores generales de las cajas subrayaron entonces que el proyecto no estaba cerrado y que no descartaban que alguna otra entidad se sumara al proceso, en particular Caixa Manresa, que participó en las primeras conversaciones del aún prematuro plan de integración.
Finalmente no ha sido así y serán Sabadell, Terrassa y Manlleu las cajas catalanas que, con toda probabilidad, protagonicen el primer proceso de fusión de entidades de ahorro en Cataluña.