LD (EFE) Al cierre de la sesión, las acciones de Telefónica, que en lo que va de año acumulan unas pérdidas del 3,97 por ciento, quedaron fijadas en 13,31 euros, en contraposición a los 13,62 euros a que fueron suspendidas por la mañana por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En cambio, los títulos de la empresa de telefonía móvil O2 se dispararon en la bolsa británica un 25 por ciento, liderando las alzas del selectivo FTSE-100, por lo que el precio de sus participaciones se estableció en 2,05 libras esterlinas.
Este anuncio ha causado, además, que la entidad de calificación de crédito Standard & Poor's rebajase la recomendación sobre la compañía de telecomunicaciones española desde "A" hasta "A-" por las "negativas implicaciones de su crédito".
Sin embargo, algunos analistas han señalado que esta compra es "muy buena" para la compañía, ya que las sinergias pueden ser elevadas y "muy complementaria" del negocio de Telefónica, a la vez que aumenta el porcentaje de facturación en Europa por encima del 20 por ciento y reduce la exposición a Latinoamérica por debajo del 30 por ciento. El único aspecto negativo que los expertos han visto en esta adquisición es que con esta compra "se pone en entredicho la política de incrementar la retribución a los accionistas a través del pago de dividendos", algo que, para estos analistas, "sería difícil de asimilar".
En cambio, los títulos de la empresa de telefonía móvil O2 se dispararon en la bolsa británica un 25 por ciento, liderando las alzas del selectivo FTSE-100, por lo que el precio de sus participaciones se estableció en 2,05 libras esterlinas.
Este anuncio ha causado, además, que la entidad de calificación de crédito Standard & Poor's rebajase la recomendación sobre la compañía de telecomunicaciones española desde "A" hasta "A-" por las "negativas implicaciones de su crédito".
Sin embargo, algunos analistas han señalado que esta compra es "muy buena" para la compañía, ya que las sinergias pueden ser elevadas y "muy complementaria" del negocio de Telefónica, a la vez que aumenta el porcentaje de facturación en Europa por encima del 20 por ciento y reduce la exposición a Latinoamérica por debajo del 30 por ciento. El único aspecto negativo que los expertos han visto en esta adquisición es que con esta compra "se pone en entredicho la política de incrementar la retribución a los accionistas a través del pago de dividendos", algo que, para estos analistas, "sería difícil de asimilar".