L D (EFE) Así lo afirmó este miércoles el máximo responsable de S&P en España, Juan de la Mota, quien precisó que el "rating" (calificación crediticia) de España es el segundo mejor de los que concede esta agencia (AA+) y su perspectiva pasó de estable a positiva el pasado mes de julio, gracias al mayor crecimiento de su economía y a los avances llevados a cabo en la consolidación fiscal.
Esta situación hace pensar que S&P podría elevar la deuda española hasta una calificación crediticia AAA a medio plazo, siempre que las reformas estructurales den como resultado la bajada de inflación, el aumento de la renta y el incremento de la productividad. De la Mota hizo especial mención al mercado de trabajo español, que, a su juicio, cuenta con "más rigideces que los de otras economías", aunque reconoció que existe excesiva temporalidad que no es buena ni para las empresas ni para los trabajadores. No obstante, añadió que "es mejor la temporalidad que no tener trabajo, como ocurría hace algunos años", al tiempo que añadió que los agentes sociales y el Gobierno deben trabajar por reducir estos niveles.
En cuanto al panorama general para Europa en el 2004, el responsable de S&P explicó que la calidad crediticia seguirá empeorando, pero de forma más lenta que en anteriores años, "gracias a las acciones emprendidas por las empresas". De la Mota dijo que los esfuerzos que están haciendo las empresas por sanear cuentas y reducir costes están "tocando techo" y ahora debe ser la mejora económica la que permita retomar sendas de crecimiento y de mejora de beneficios. Los sectores que más preocupan a esta agencia de calificación de riesgos son los de Utilities (aguas, gas, electricidad, etc.) y los de Seguros, que ya en el 2003 mostraron claros signos de debilidad crediticia.
De todas formas, en España la situación parece ligeramente mejor, tanto en las Utlities como en el sector Seguros, donde en general se prevé un mantenimiento de los "rating", en el que se incluye también al sector de las telecomunicaciones. Capítulo aparte merece el sistema financiero español, que De la Mota calificó como "uno de los más sólidos y rentables de Europa" y en el que las entidades han acometido con años de ventaja la reducción de costes y la aplicación de nuevos sistemas y tecnologías en sus negocios.
S&P añadió que la calidad de los activos de las entidades españolas "sigue siendo excelente", con unos niveles de cobertura amplios y una morosidad en mínimos históricos, que, no obstante, podría crecer ligeramente en 2004. Precisamente sobre la morosidad de la banca hizo especial mención el responsable de S&P, dado que el escenario previsible es el de un aumento de los tipos de interés que, unido al endeudamiento de las familias y al crecimiento de los precios de las viviendas, "incrementan el riesgo de las entidades financieras".
No obstante, añadió que los factores que sustentan el endeudamiento de las familias responden a "fundamentos sólidos" y, por lo tanto, no tendrían por qué venirse abajo. De la Mota dijo que una subida de tipos no sería "dramática" para la banca, aunque precisó que sería mucho peor que la economía no despegara y que los problemas se concentraran en el empleo y en los salarios, ya que "esto sí que tendría mayor impacto". "No creemos en este escenario malo", dado que las entidades parten de una morosidad muy baja y cuentan con suficientes "colchón" de provisiones para afrontar cualquier coyuntura, aseguró.
Esta situación hace pensar que S&P podría elevar la deuda española hasta una calificación crediticia AAA a medio plazo, siempre que las reformas estructurales den como resultado la bajada de inflación, el aumento de la renta y el incremento de la productividad. De la Mota hizo especial mención al mercado de trabajo español, que, a su juicio, cuenta con "más rigideces que los de otras economías", aunque reconoció que existe excesiva temporalidad que no es buena ni para las empresas ni para los trabajadores. No obstante, añadió que "es mejor la temporalidad que no tener trabajo, como ocurría hace algunos años", al tiempo que añadió que los agentes sociales y el Gobierno deben trabajar por reducir estos niveles.
En cuanto al panorama general para Europa en el 2004, el responsable de S&P explicó que la calidad crediticia seguirá empeorando, pero de forma más lenta que en anteriores años, "gracias a las acciones emprendidas por las empresas". De la Mota dijo que los esfuerzos que están haciendo las empresas por sanear cuentas y reducir costes están "tocando techo" y ahora debe ser la mejora económica la que permita retomar sendas de crecimiento y de mejora de beneficios. Los sectores que más preocupan a esta agencia de calificación de riesgos son los de Utilities (aguas, gas, electricidad, etc.) y los de Seguros, que ya en el 2003 mostraron claros signos de debilidad crediticia.
De todas formas, en España la situación parece ligeramente mejor, tanto en las Utlities como en el sector Seguros, donde en general se prevé un mantenimiento de los "rating", en el que se incluye también al sector de las telecomunicaciones. Capítulo aparte merece el sistema financiero español, que De la Mota calificó como "uno de los más sólidos y rentables de Europa" y en el que las entidades han acometido con años de ventaja la reducción de costes y la aplicación de nuevos sistemas y tecnologías en sus negocios.
S&P añadió que la calidad de los activos de las entidades españolas "sigue siendo excelente", con unos niveles de cobertura amplios y una morosidad en mínimos históricos, que, no obstante, podría crecer ligeramente en 2004. Precisamente sobre la morosidad de la banca hizo especial mención el responsable de S&P, dado que el escenario previsible es el de un aumento de los tipos de interés que, unido al endeudamiento de las familias y al crecimiento de los precios de las viviendas, "incrementan el riesgo de las entidades financieras".
No obstante, añadió que los factores que sustentan el endeudamiento de las familias responden a "fundamentos sólidos" y, por lo tanto, no tendrían por qué venirse abajo. De la Mota dijo que una subida de tipos no sería "dramática" para la banca, aunque precisó que sería mucho peor que la economía no despegara y que los problemas se concentraran en el empleo y en los salarios, ya que "esto sí que tendría mayor impacto". "No creemos en este escenario malo", dado que las entidades parten de una morosidad muy baja y cuentan con suficientes "colchón" de provisiones para afrontar cualquier coyuntura, aseguró.