L D (Agencias) Tras intervenir en la escuela de verano organizada por la Universidad Autónoma, la fundación BBVA y El País, Solbes explicó que, debido a las desviaciones de gasto no incluidas por el anterior Gobierno en el presupuesto de este año, el déficit del Estado se situará cerca del uno por ciento del PIB y no en el 0,4 por ciento previsto inicialmente.
El PP insiste en que sus cuentas cumplieron con la normativa impuesta por la Comisión Europea, ya que fueron aprobadas por el entonces comisario de Economía y actual vicepresidente, Pedro Solbes. Según afirmó el ex ministro, Cristóbal Montoro, en declaraciones a la Cadena COPE, "el PSOE no ha tocado la cuenta de 2003 ni las anteriores porque no la pueden tocar, lo que han hecho ha sido una operación de engaño, para decirnos que el Gobierno del PP había hipotecado el futuro y es todo lo contrario".
Para el año que viene, las previsiones de Solbes "siguen siendo las mismas", con un aumento del límite de gasto del 6,2 por ciento respecto al 2004, "que nos debería dar un superávit de aproximadamente una décima" para el conjunto del sector público, tal y como recoge la última actualización del Programa de Estabilidad.
En relación con los entes públicos como AENA y GIF, cuyo elevado endeudamiento puso de manifiesto en el último Consejo de Ministros, Solbes incidió en que no planea restringir su actividad, aunque advirtió de que algunas entidades "verán revisada su actuación", pues seguir ampliando su margen de endeudamiento implica riesgos, especialmente si se modifican los criterios contables de Eurostat.
El vicepresidente rechazó hablar de "déficit oculto" por parte del anterior Gobierno, pero reiteró que se han detectado "problemas de transparencia" en las cuentas públicas y, respecto a la ratificación de las mismas por parte de Eurostat, dijo que la oficina estadística de la UE "sólo valida lo que le mandan" y recordó que, en ocasiones, ha cuestionado algunos conceptos del presupuesto español.
Solbes aprovechó también para la estabilidad presupuestaria, no como un dogma, sino como la mejor receta posible para generar confianza en la economía y para poder seguir financiando el gasto social y la inversión pública. Precisó que ésta sólo genera confianza si va acompañada de transparencia, cuestión en la que, señaló, el Gobierno va a hacer especial hincapié y sobre la que se declaró dispuesto a discutir en el Parlamento con la oposición.