En un artículo publicado este domingo en el suplemento Mercados del diario El Mundo, Jordi Sevilla, que fuera ministro de Administraciones Públicas del Gobierno Zapatero entre 2004 y 2007, y conocido también porque iba a enseñar economía al actual presidente del Gobierno en dos tardes, afirma que el tijeretazo anunciado hace unas semanas "lanzaba al desván de lo inútil las 150 medidas goteadas durante los dos últimos años".
Ante esta situación, afirma que los gobiernos concernidos "no pueden bailar la yenka con las medidas: anuncio, rectifico, apruebo, me contradigo, corrijo"; algo que suele ser habitual en el actual Ejecutivo español.
Sevilla dice que ante las grandes crisis como la actual existen cuatro métodos "para armar los platos rotos", entre los que destaca "el que la hace, la paga"; "lo paga quien no puede evitarlo"; "ya que lo tenemos que pagar entre todos, hagámoslo de manera solidaria" y, por última, la versión ampliada del "ya que lo tenemos que pagar entre todos, hagámoslo de manera solidaria", que incluiría la toma de medidas para mejorar también la deuda privada, que es además el método por el que se decanta el ex ministro.
Entre las reformas adicionales que propone destacan la "reactivación del crédito interno a empresas y familias mediante la reforma urgente de la Ley de Cajas de Ahorro y la autorización al ICO para que pueda comprar activos tóxicos inmobiliarios"; "la rebaja sustancial de las cotizaciones sociales, complementada, para garantizar las pensiones, con una Contribución Social Generalizada sobre la riqueza"; "una profunda reordenación de las administraciones públicas hacia la simplificación, coordinación, eficacia y reducción de cargas"; y la "definición de un mix energético estable que no descarte la opción nuclear".
A estas, uniría la "creación de empleo más estable y flexible", "tomando medidas de reforma del mercado laboral" junto con "una reforma de las negociación colectiva para permitir fórmulas intermedias entre estar empleado a tiempo completo haciendo horas extras o quedarse en paro"; y una "profunda revisión de los presupuestos, incrementando la equidad de los ingresos y la eficiencia en los gastos".
Tras enumerar estas medidas, concluye su artículo asegurando que "ha llegado la hora de la sangre y las lágrimas, pero también del sudor"