LD (Europa Press) Los planes de Sarkozy parten del diagnóstico de que, al no entrar en vigor el Tratado de Lisboa por el "no" en el referéndum irlandés, la UE no contará con un presidente permanente, como estaba previsto.
Seguirán sucediéndose las presidencias rotatorias cada seis meses: el 1 de enero de 2009 asumirán las riendas de la UE los euroescépticos checos Vaclav Klaus y Mirek Topolanek, y a continuación le corresponderá el turno a Suecia, que también está fuera de la eurozona.
Además, la Comisión se encontrará al final de su mandato. En estas condiciones, Francia considera que sería imposible encontrar una respuesta europea coordinada a problemas como la invasión de Georgia por parte de Rusia o la crisis financiera.
Sarkozy ha anunciado que presentará en diciembre una hoja de ruta para resolver el problema de la presidencia rotatoria. Sin la ratificación de Irlanda es imposible actuar a nivel de la UE. Pero los países de la zona euro sí que podrían dotarse de un presidente a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, porque el Eurogrupo no tiene existencia jurídica y por ello no necesita el Tratado.
Francia trabaja con dos alternativas. La primera es que el presidente del Eurogrupo sea elegido, y la segunda es decidir que Francia mantenga la presidencia de la eurozona hasta que la presidencia de la UE vuelva a manos de un país que use la moneda única, en este caso España, que asumirá las riendas de los Veintisiete el 1 de enero de 2010.
De este modo, el presidente seguiría siendo Sarkozy, que tiene previsto convertir en regulares las reuniones de jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona y seguir invitando al primer ministro británico, Gordon Brown, como ya hizo el pasado 12 de octubre en París, cuando se pactó el plan de rescate bancario.
En estos momentos, el presidente del Eurogrupo a nivel de ministros de Economía hasta 2010 es el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker. Según Le Monde, Sarkozy no quiere que ocupe el mismo cargo a nivel de jefes de Estado y de Gobierno porque considera que ha sido demasiado pasivo ante la crisis y porque dirige un país que todavía mantiene el secreto bancario.
El periódico asegura que Sarkozy utilizará argumentos similares para mantenerse como presidente de la Unión por el Mediterráneo al menos hasta que llegue España, ya que ni Suecia ni República Checa son países ribereños del Mediterráneo. Estos planes estarían pendientes de cuál sea la reacción de la canciller alemana, Ángela Merkel, según 'Le Monde'.