LD (EFE) En una rueda de prensa, el director ejecutivo de Ryanair, Michael O'Leary, pidió al ministro, Douglas Alexander, que devuelva a la "normalidad" los controles de seguridad, según los requerimientos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, sus siglas en inglés).
El pasado jueves, el Gobierno impuso estrictas normas de seguridad en los aeropuertos después de que la Policía anunciara que había desarticulado un complot terrorista para atentar contra aviones, lo que causó retrasos, cancelaciones y largas colas.
Cuando después se rebajó el nivel de alerta terrorista, el Ejecutivo suavizó las exigencias de seguridad, pero éstas siguen siendo superiores a las del resto de países europeos, al obligar a llevar un equipaje de mano de tamaño reducido –45 centímetros de largo por 35 centímetros de ancho y 16 de alto– y requerir el registro del 50 por ciento de los pasajeros.
Ryanair afirmó que, si el Ejecutivo reajusta esas medidas, que dificultan el funcionamiento de los aeródromos, la aerolínea "no reclamará la compensación a la que tiene derecho en virtud de la sección 93 de la ley del Transporte del 2000". En su comunicado, el Gobierno sugirió que la empresa no podría presentar una demanda al amparo de esa ley, dado que "las medidas de seguridad se imponen en virtud de la ley de Seguridad en la Aviación Civil, del 1982".
Según O'Leary, la reducción en un 20 por ciento del tamaño de la bolsa de mano que puede subirse a bordo no ofrece ninguna mejora en términos de seguridad, por lo que pide que se restablezca su tamaño anterior. El director de la aerolínea quiere también que se vuelva a la proporción "normal" de registros, una de cada cuatro personas –en lugar de una de cada dos–, ya que permiten el cacheo individual sin causar aglomeraciones. Ryanair también pretende que el Gobierno garantice que, en caso de otra alerta terrorista, enviará a la Policía o al Ejército a los aeropuertos para colaborar en la tarea de los registros.
"La mejor manera de derrotar a terroristas y extremistas es que la gente corriente continúe con su vida normal –declaró O'Leary–. A su juicio, las actuales restricciones "sin sentido" son "totalmente ineficaces desde el punto de vista de la seguridad", y si continúan, el Gobierno "habrá cedido a los extremistas una victoria de relaciones públicas".
El pasado jueves, el Gobierno impuso estrictas normas de seguridad en los aeropuertos después de que la Policía anunciara que había desarticulado un complot terrorista para atentar contra aviones, lo que causó retrasos, cancelaciones y largas colas.
Cuando después se rebajó el nivel de alerta terrorista, el Ejecutivo suavizó las exigencias de seguridad, pero éstas siguen siendo superiores a las del resto de países europeos, al obligar a llevar un equipaje de mano de tamaño reducido –45 centímetros de largo por 35 centímetros de ancho y 16 de alto– y requerir el registro del 50 por ciento de los pasajeros.
Ryanair afirmó que, si el Ejecutivo reajusta esas medidas, que dificultan el funcionamiento de los aeródromos, la aerolínea "no reclamará la compensación a la que tiene derecho en virtud de la sección 93 de la ley del Transporte del 2000". En su comunicado, el Gobierno sugirió que la empresa no podría presentar una demanda al amparo de esa ley, dado que "las medidas de seguridad se imponen en virtud de la ley de Seguridad en la Aviación Civil, del 1982".
Según O'Leary, la reducción en un 20 por ciento del tamaño de la bolsa de mano que puede subirse a bordo no ofrece ninguna mejora en términos de seguridad, por lo que pide que se restablezca su tamaño anterior. El director de la aerolínea quiere también que se vuelva a la proporción "normal" de registros, una de cada cuatro personas –en lugar de una de cada dos–, ya que permiten el cacheo individual sin causar aglomeraciones. Ryanair también pretende que el Gobierno garantice que, en caso de otra alerta terrorista, enviará a la Policía o al Ejército a los aeropuertos para colaborar en la tarea de los registros.
"La mejor manera de derrotar a terroristas y extremistas es que la gente corriente continúe con su vida normal –declaró O'Leary–. A su juicio, las actuales restricciones "sin sentido" son "totalmente ineficaces desde el punto de vista de la seguridad", y si continúan, el Gobierno "habrá cedido a los extremistas una victoria de relaciones públicas".