LD (EFE) Delegaciones de la Comisión Europea y del FMI estuvieron esta semana en Bucarest, lo que ha generado especulaciones acerca de una posible negociación sobre las condiciones que tendría un paquete de rescate para la economía de este país balcánico.
En caso de hacerse realidad, el más importante país de los Balcanes, con 22 millones de habitantes, podría unirse a otros estados de Europa del Este, como Hungría y Ucrania, que han recibido ya cuantiosas ayudas para evitar la quiebra. Por ahora, en Bucarest los expertos tratan de tranquilizar los mercados asegurando que la situación no es crítica aún.
"Por el momento sólo se ha aprobado el presupuesto. Están por ver todavía las necesidades de financiación, y si el Gobierno necesita una financiación interna o externa", explicó Sorin Pislaru, redactor jefe del periódico económico "Ziarul Financiar".
Según Pislaru, las cantidades barajadas de 6.000 o 7.000 millones de euros son "excesivas". A la espera de conocer cómo evoluciona la situación, este experto apuesta por acuerdos menos ambiciosos con estos organismos internacionales. "A corto y medio plazo podría producirse una reducción de la puntuación de Rumanía en las valoraciones de las agencias de rating", advirtió el analista económico Lucian Albu.
Las estrictas condiciones de austeridad presupuestaria que el FMI impone a los beneficiarios de sus préstamos complican más aún el acceso a nuevos capitales. La contención del gasto público está contemplada en el presupuesto, pero, al contrario que un compromiso con el FMI, puede ser anulada en cualquier momento si el Gobierno lo cree oportuno.
El propio presidente rumano, Traian Basescu, se ha mostrado hasta ahora contrario a apelar al FMI, aunque su postura no parece decisiva ni definitiva a ojos de los analistas. "Podría cambiar en función de la gravedad de la crisis", señaló Pislaru. Las alarmas se han encendido en Rumanía con la aprobación del presupuesto para 2009, que es debatido a partir de hoy con sindicatos y patronal, y que aún debe ser votado en el Parlamento.
De acuerdo con estimaciones del FMI, el déficit por cuenta corriente alcanzó en 2008 el 13% del Producto Interior Bruto (PIB), y bajará este año hasta el 10,5%, un porcentaje considerado todavía muy alto para cualquier economía. El borrador del presupuesto presentado por el Gobierno pretende reducir el déficit público del 5% en 2008 al 2,0% del PIB este año, comparado con los pronósticos de la Comisión Europea, que los sitúa en el 7%.
Los analistas consideran estas previsiones demasiado optimistas, cuando el Ejecutivo rumano debe luchar contra un repunte del desempleo y una ralentización del crecimiento económico, del 8% en 2008 al 2% este año. El Gobierno liderado por el liberal Emil Boc basa sus proyecciones en un aumento de los ingresos fiscales del 24%, que se obtendrían con subidas de impuestos a productos como el tabaco y el alcohol, las apuestas y los juegos de azar.