Aunque todos los diarios económicos dedican sus secciones de Opinión al nuevo aplazamiento de la decisión de ampliar el fondo de rescate europeo para países en apuros -es decir, para poder salvar a España de la suspensión de pagos- hoy miércoles existe variedad de temas en las portadas de la prensa salmón.
Pero no se hagan ilusiones, aunque suba la Bolsa y alguno defienda que la crisis de deuda se relaja, simplemente se trata de un espejismo que desaparecerá en menos que canta un gallo. Cuando la vicepresidenta económica de un país al borde de la quiebra -como nuestra querida Elena Salgado- dice que cuando va a Bruselas sólo recibe "elogios" podemos ir preparando el terreno para la que se avecina.
Y cuando la actualidad vuelve dentro de nuestras fronteras nos volvemos a encontrar con el problema endémico desde la aprobación de la Constitución de 1978: los Reinos de Taifas. El diario Expansión denuncia el "caos fiscal en las empresas por la dispersión autonómica" y asegura que "Hacienda admite problemas por la diferente gestión de las comunidades en los tramos del IRPF".
Lo ha puesto sobre la mesa el director de Tributos, Jesús Gascón, que "reconoció ayer que la disparidad fiscal que existe en las comunidades, generada por la financiación aprobada en 2009 y cuyos efectos se empiezan a notar este año, crea problemas a las empresas, especialmente en cuanto a la gestión de las plantillas".
Los expertos consultados por el periódico "van más allá y señalan que la manga ancha de la actual legislación" provoca un "guirigay" que requiere de más burocracia. Este sistema ha llevado a que algunas autonomías utilicen de forma muy dispar el tramo autonómico del IRPF. Cataluña tiene un tipo marginal máximo del 49%, mientras que el de Madrid es del 44,9%, uno de los más bajos.
Como segundo tema de portada, el salmón de Unidad Editorial destaca las palabras de Ana Patricia Botín, consejera delegada de Santander en Reino Unido, que ayer compareció en el Parlamento británico. La empresaria española "defendió ante los representantes políticos de Reino Unido la situación económica española y las reformas del Gobierno".
La ejecutiva dijo que España está "en periodo de ajuste y reducción de deuda" e indicó que la preocupación del mercado no son losbancos españoles sino las cajas de ahorros. Precisamente, la nueva misión del FMI está ya analizando el tamaño del agujero del sistema financiero español: las entidades dicen que la morosidad es de 105.000 millones de euros, pero la realidad podría duplicar esa cifra.
Por su parte, el diario El Economista publica a toda página la nueva astracanada del ministro de Fomento, antaño Pepiño y ahora Don José: "Blanco sale de gira exterior para promover la inversión inmobiliaria". Resulta que la venta anual de viviendas a extranjeros "se ha desplomado de 125.000 a 6.000 unidades" y el ministro inicia un road show (va a pasar la gorra) por el mundo para convencer a las familias de lo bueno que sería comprar una casa en España, cuando aquí ni siquiera se ha empezado a producir el necesario ajuste inmobiliario vía precios.
El periódico también hace referencia a los mercados y señala que "la Bolsa sonríe a los nuevos test de estrés". El Ibex 35 "aplaudió, con un alza del 2,95%, le decisión de la UE de endurecer las pruebas de resistencia de la banca para detectar problemas de liquidez". Más bien lo que manifestó fue el convencimiento que tienen los inversores de que las autoridades comunitarias no van a permitir la quiebra de países gracias al dinero que abonan religiosamente (y bajo coacción) los contribuyentes europeos.
Y no se pierdan, para terminar, la portada de Cinco Días. El económico de Prisa da un paso más en la esquizofrenia que sufre desde hace meses y ya no considera malvados especuladores a los que compran y venden valores españoles: ahora son inversores que "recuperan la confianza" en la deuda y la Bolsa, "catapultando al Ibex un 7,35%" en lo que va de año. Incluso dice que los gestores de fondos "retoman su apetito" por la renta variable española.