LD (EFE) El evento ha provocado el acordonamiento de la sede de las instituciones en el centro de Washington, donde este sábado permanecen varias calles cortadas, con autobuses atravesados en algunas de las intersecciones para disuadir el paso de posibles manifestantes.
Varios centenares de personas discurrieron la noche del viernes por el barrio de Georgetown en señal de protesta por la reunión. Los congregados protagonizaron varias escenas violentas, al lanzar objetos contra las vitrinas de algunos de los comercios por donde discurrió la marcha.
Igualmente insatisfechos, aunque no violentos, se mostraron el viernes los ministros de Economía y Finanzas del G-24, un grupo intergubernamental que representa a países africanos, asiáticos y latinoamericanos como Brasil. Los altos funcionarios señalaron, al final de su reunión, que la actual propuesta de reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) no es aceptable y exigieron un cambio real que permita al organismo recuperar su legitimidad.
Las negociaciones para redistribuir el poder en el seno del Fondo están en un punto muerto ante el enfrentamiento entre las naciones en desarrollo y los países industrializados. El reparto de poder en el Fondo refleja la estructura existente en el mundo en 1944, cuando se crearon el FMI y su institución hermana, el Banco Mundial. Países que han crecido mucho desde entonces, como China, Corea del Sur, Turquía, México, Irlanda y España están infrarepresentados. La última ecuación sobre la mesa preveía que los países industrializados como grupo renunciaran a tan solo un dos por ciento de su poder en favor de las naciones en desarrollo.
La actual reunión será la última de Rodrigo Rato como director gerente del Fondo. Su sucesor, el ex ministro de Finanzas francés, Dominique Strauss-Kahn, ha prometido que convertirá la reforma en el objetivo prioritario de su mandato, que arrancará a principios de noviembre.
En el Banco Mundial, Robert Zoellick asiste a su primera Asamblea Anual como presidente del organismo tras la abrupta salida de su predecesor, Paul Wolfowitz. El ex "número dos" del Pentágono se vio forzado a dimitir este año tras aprobar una generosa subida de su sueldo a su compañera sentimental, una empleada del BM.
Varios centenares de personas discurrieron la noche del viernes por el barrio de Georgetown en señal de protesta por la reunión. Los congregados protagonizaron varias escenas violentas, al lanzar objetos contra las vitrinas de algunos de los comercios por donde discurrió la marcha.
Igualmente insatisfechos, aunque no violentos, se mostraron el viernes los ministros de Economía y Finanzas del G-24, un grupo intergubernamental que representa a países africanos, asiáticos y latinoamericanos como Brasil. Los altos funcionarios señalaron, al final de su reunión, que la actual propuesta de reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) no es aceptable y exigieron un cambio real que permita al organismo recuperar su legitimidad.
Las negociaciones para redistribuir el poder en el seno del Fondo están en un punto muerto ante el enfrentamiento entre las naciones en desarrollo y los países industrializados. El reparto de poder en el Fondo refleja la estructura existente en el mundo en 1944, cuando se crearon el FMI y su institución hermana, el Banco Mundial. Países que han crecido mucho desde entonces, como China, Corea del Sur, Turquía, México, Irlanda y España están infrarepresentados. La última ecuación sobre la mesa preveía que los países industrializados como grupo renunciaran a tan solo un dos por ciento de su poder en favor de las naciones en desarrollo.
La actual reunión será la última de Rodrigo Rato como director gerente del Fondo. Su sucesor, el ex ministro de Finanzas francés, Dominique Strauss-Kahn, ha prometido que convertirá la reforma en el objetivo prioritario de su mandato, que arrancará a principios de noviembre.
En el Banco Mundial, Robert Zoellick asiste a su primera Asamblea Anual como presidente del organismo tras la abrupta salida de su predecesor, Paul Wolfowitz. El ex "número dos" del Pentágono se vio forzado a dimitir este año tras aprobar una generosa subida de su sueldo a su compañera sentimental, una empleada del BM.