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Rato crea precedente tras eliminar los bonus millonarios de Blesa

El presidente de Caja Madrid ha zanjado, al menos en su entidad, un polémico debate: el cobro de bonus millonarios pese a recibir ayudas públicas.

Rato ha zanjado la polémica de los bonus multimillonarios que cobran los directivos de las cajas de ahorros en España, al menos en su entidad, antes incluso de que ésta se produjera. Y es que la decisión adoptada el lunes por el consejo de administración de Caja Madrid, consistente en "finalizar, no renovar y no reconocer" el cobro de 25 millones de euros en bonus a la anterior junta directiva que presidía Miguel Blesa, instaura un importante precedente a tener en cuenta para el resto de cajas.

Incluso, durante la tarde del martes ha habido cierta confusión sobre el alcance de la decisión tomada por Caja Madrid. En su Informe de Gobierno Corportativo enviado a la CNMV, declaraba que posponía la decisión definitiva, a la espera de la "transposición" en España de la directiva de la UE referente a la materia. Eso se ha interpretado como un pequeño paso atrás, pero horas después la propia entidad ha mandado a los medios una nota de prensa en la que se ha ratificado en la decisión adoptada por su consejo de administración celebrado el lunes por la que se finaliza, no se renueva y no se reconoce el derecho de cobro del plan de incentivos a largo plazo.

En un comunicado, la entidad presidida por Rodrigo Rato señala que esta decisión se adoptó basada en dos puntos: "la percepción de fondos públicos a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)" y la "existencia de legislación europea sobre la materia que afectará a esta cuestión cuando se traslade a la normativa española". En este sentido, la entidad indica que "remite una aclaración a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para ser incluida en su Informe de Gobierno Corporativo 2010".

El debate

El debate sobre los bonus que percibe la alta dirección de dichas entidades acaba de aterrizar en España. Esta polémica se viene desarrollando con especial relevancia en EEUU y Gran Bretaña desde que estalló la crisis financiera internacional a finales de 2008. Dos puntos resumen la situación: ¿es aceptable que los ejecutivos cobren bonus millonarios pese al derrumbe de beneficios?, ¿es legítimo y justo cobrar tales incentivos en caso de que la entidad reciba asistencia del Estado mediante la inyección de dinero público?

Tales cuestiones, hasta ahora prácticamente ausentes en el marco del sistema financiero español, y más concretamente, en el de las cajas de ahorros, acaba de saltar a la luz tras la medida adoptada por Rato al frente de Caja Madrid. De hecho, anticipándose al resto de entidades, su respuesta ha sido tajante: "No".

A instancias del propio Rato, y con el respaldo explícito de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el consejo de administración de Caja Madrid aprobó el lunes por unanimidad finalizar, no renovar, y no reconocer, el derecho de cobro del plan de incentivos a largo plazo para la alta dirección de la entidad durante el periodo 2007-2010, y que estaba previsto abonar el próximo 31 de marzo. La decisión afecta a diez directivos de la caja, entre ellos el expresidente Miguel Blesa, que se embolsarían 25 millones de euros en función de un plan de incentivos impulsado por el propio Blesa.

Los citados bonus fueron aprobados por la dirección de la entidad en 2007, cuando Miguel Blesa era el máximo ejecutivo de la institución. Tales incentivos fueron concebidos con el objetivo de "fidelizar" al comité de dirección con una remuneración adicional al llegar a la jubilación. Y ello, en base al crecimiento de la entidad y el cumplimiento de los objetivos del plan estratégico 2007-2010.

El plan de incentivos

Tras la llegada de Blesa a la presidencia de Caja Madrid en 1996 y después de que la caja triplicara su tamaño, el consejo de administración aprobó en 2007 el citado plan de incentivos para fidelizar a los altos directivos de la entidad y evitar así que se fueran a la competencia.

Una primera duda surge al observar que Blesa aprobó dicho plan para la alta dirección, entre la que se incluía como máximo responsable, cuando en teoría su mandato vencía en 2008, dos años antes del vencimiento del programa. La permanencia y posterior sucesión de Blesa al frente de Caja Madrid constituyó una intensa polémica política a lo largo de 2009, tras expirar oficialmente su mandato, hasta que finalmente fue sustituido por Rato.

Asimismo, pese a estos incentivos, los resultados de Caja Madrid han caído casi un 90% entre 2007 y 2009, la última etapa de Blesa al frente de la entidad, al pasar de los 2.861 millones de euros de beneficios en 2007 a los 265 en 2009.

Pero, sin duda, lo que más ha pesado en la decisión de Rato es la percepción de fondos públicos a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) -4.465 millones de euros- y la existencia de legislación europea sobre esta materia, aunque pendiente aún de trasladarse a la normativa española, y que contempla el recorte, e incluso la supresión, de los bonus a directivos en aquellas entidades que hayan recibido inyecciones de capital público.

En un principio, la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de Caja Madrid recomendó que, simplemente, se retrasara de dichos incentivos a la antigua cúpula de la entidad hasta que Caja Madrid devolviera por completo las ayudas del Frob. Sin embargo, el "no reconocimiento" de los bonus por parte del consejo de administración implica suprimir de forma definitiva estos derechos de cobro, por estar éstos ligados a una serie de objetivos que la entidad no logró realizar durante la etapa de Blesa. De este modo, el actual consejo ha puesto en duda la gestión de la anterior directiva.

Los beneficiarios recurren

La supresión de los bonus afecta a 10 directivos: por ser el máximo responsable de la caja desde 2007 a 2010, Blesa resultaba el principal beneficiario de esos incentivos. De esa forma, cuando cumpliera 65 años, en agosto de 2012, Blesa podría hacer efectiva esa cantidad, más los intereses que pudiera generar si Caja Madrid los aportaba desde 2011; además de a Blesa, la decisión afecta a Carlos Martínez, Ricardo Morado, Mariano Pérez Claver, Ildefonso Sánchez Barcoj, Juan Astorqui, Rafael Spottorno, Matías Amat, Carmen Contreras y Ramón Ferraz.

De todos ellos, tan sólo dos mantienen puestos clave en la entidad:Sánchez Barcoj, como director financiero, y Matías Amat, como director general de negocio.

Los exdirectivos de Caja Madrid ya han anunciado que recurrirán la supresión de los bonus ante los tribunales. Pero la cuestión clave es que la decisión de Rato supone un precedente importante a tener en cuenta por el resto de entidades.

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