(Libertad Digital) "El resultado no ha podido ser mas desdichado", dijo y lo comparó con los obtenido por González y Aznar". Según Rajoy, "lo único bueno es que ha existido, que contamos con un acuerdo" pero rechazó que "un acuerdo agónico y frustrante se convierta en algo más que una voluntad de supervivencia para seguir avanzando en la UE.
Rajoy calificó los presupuestos de "cicateros", algo en lo que afirmó, están de acuerdo todos los presidente de los estados miembros "con la única excepción de Rodríguez Zapatero, el único satisfecho, el único que sostiene que estamos ante un buen acuerdo para Europa". Son unos presupuestos "frustrantes, nada que permita entusiasmos de ninguna clase. Es el mejor posible, el menos malo, hay que reconocer que pudiera ser peor, pero no es lo mismo que ser bueno, nada que ver con un éxito" y aseguró que es "especialmente para España".
Rajoy reconoció que España tenía que perder dinero forzosamente, "no es que adore los subsidios, no soy socialista", apostilló. "Estábamos preparados para perder dinero pero tampoco merecíamos este castigo desproporcionado e injusto y que contara con el acuerdo complaciente de Zapatero y su incomprensible satisfacción". "Lo que antes era un desastre, en la negolengua del presidente ahora es un éxito".
España paga el 25 por ciento de la ampliación europea
Según Rajoy los presupuestos son cicateros, combaten el principio de cohesión y contradicen cualquier idea europeísta. Son malos para Europa y especialmente malos para España, principal perdedor de todos los Estados miembros. En este sentido, el presidente del PP le ha pedido a Zapatero que lea la prensa extranjera. “Perderemos más que ninguno”, ha dicho. “España pasa de 47.500 millones de euros de saldo neto, a apenas 5.000 millones de euros, lo que supone perder el 90 por ciento de su saldo actual. Unos 1.000 euros por español. Si a esto llamamos éxito, a qué llamamos fracaso”, ha afirmado Rajoy.
“Y, lo peor de todo –ha dicho el presidente popular– es que nos hemos enterado a través del presidente de turno de la UE, el señor Blair, no a través del presidente español. Lo que no nos dijo el señor Blair es que el señor Zapatero, a pesar de todo, estuviera, tan contento”. Ante esta situación, Rajoy se pregunta “¿ por qué hemos aceptado esto?. El señor zapatero no nos lo explica, tal vez porque no lo sabe ni el mismo”.
“La aportación de España a la ampliación supone el 0,6 por ciento de su Producto Interior Bruto, mientras que para Francia no pasa del 0,25 por ciento. Pagamos el triple”, ha afirmado Rajoy. Esto supone que “España va a pagar el 25 por ciento de los costes de la ampliación, cuando su producto interior bruto representa el 8 por ciento. Este es el equitativo reparto de cartas que ha bendecido el señor Rodríguez Zapatero. ¿Si esto es eficacia, a que llamaremos incompetencia?
La estrategia del "perdedor complacido"
¿Cómo es posible que nadie pretenda tener éxito con la estrategia de dar sin rechistar? Dicho esto pasó a enumerar la política de cesiones sin contrapartida que hasta el momento ha protagonizado el presidente del Gobierno en su política europea: "Se cedió en la Constitución europea; no me hicieron caso y pasó lo que pasó. España perdió diputados, votos y peso en la instituciones a cambio de nada. Se cedió en la firma del Tratado a cambio de nada, se cedió en el pacto de estabilidad a cambio de nada. Y no se ha cedido en más –lamentó– porque no ha habido ocasión".
Pero otra de las razones que explica el fracaso del Gobierno en las negociaciones es, según Rajoy, que "además de regalar bazas no prepara las cumbres". Entre reproches de los bancos socislistas, Rajoy explicó que "si lo comparamos con Felipe González en Edimburgo o Aznar en Berlín, esto roza el ridículo". Para el líder de la oposición "con Aznar nos convertimos en los mayores receptores de fondos pero no lo aceptó y negoció hasta las 3 de la mañana. En Bruselas ocurre lo contrario. Nuestra estrategia, simplemente no ha existido". Lo expresó gráficamente: "Cabe en tres líneas; les sobra con una postal". No quedó la crítica en el presidente del Gobierno: "Hasta Moratinos ni se molestó en acudir al Consejo. Menos mal que ha arreglado los problemas de África".