(Libertad Digital) El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, reiteró que el volumen de la compra de bonos garantizados ascenderá a 60.000 millones de euros, como ya había dicho en mayo.
Estos bonos garantizados están asegurados por créditos hipotecarios, conocidos en España como cédulas hipotecarias, y por créditos al sector público, llamadas cédulas territoriales.
Se trata por ello de bonos en teoría muy seguros (en realidad no lo son tanto, por eso los compra el BCE y no los quiere el mercado) ya que cuentan con garantías adicionales: la cartera hipotecaria o de créditos al sector público de las entidades emisoras y las que ofrece el propio emisor.
El BCE comprará en toda la zona del euro bonos garantizados que deben reunir los requisitos para poder usarlos como garantía en las operaciones de crédito del Eurosistema. El banco europeo comprará cédulas hipotecarias, cédulas territoriales y multicédulas hipotecarias , según se desprende de la definición que ha dado.
Los bonos garantizados deben cumplir los criterios establecidos en el Artículo 22 (4) de la Directiva de Sociedades de Inversión Colectiva en Valores Mobiliarios (directiva UCITS, según sus siglas en inglés) o garantías similares para este tipo de bonos no recogidos en la UCITS.
"Doble A"
Además, el volumen de emisión de la cédula deberá ser, como mínimo, de unos 500 millones de euros y tener la calificación de doble A, títulos considerados de alta calidad.
La entidad monetaria comenzará las compras en julio de este año y prevé haberlas completado a finales de junio de 2010 como muy tarde.
El BCE va a adquirir directamente nuevas emisiones de bonos garantizados en el mercado primario, de modo que es muy probable que contribuya a impulsarlas más.
Algo que ya ha ocurrido: desde que el BCE anunció el 7 de mayo la compra de bonos garantizados, 13 entidades de la zona del euro han emitidos cédulas hipotecarias y territoriales por un volumen de 16.000 millones de euros, según cifras de Barclays Capital.
Esta cifra duplica el volumen emitido en los cuatro meses anteriores al anuncio y, previsiblemente, se va a mantener. Con las compras en el mercado secundario de cédulas ya existentes, el BCE contribuirá a que suba su precio.
Trichet ha hecho hincapié en que no se trata de una medida de expansión cuantitativa (imprimir dinero) y que se producirán ajustes automáticos (política de estabilizadores automáticos).
Las cédulas territoriales están respaldadas parcialmente por bonos del Tesoro, por lo que el BCE contribuye a financiar a algunos gobiernos de la zona del euro.
Algunos de los bancos que emiten cédulas territoriales han estado muy expuestos a diferenciales de crédito y a riesgos de liquidez. Por estas dos razones, algunos expertos habían previsto que el BCE no compraría cédulas territoriales pero al final no ha sido así.
Con la compra de bonos garantizados, el banco europeo quiere apoyar un segmento del mercado de deuda privada que ha estado muy castigado por la crisis financiera y que los bancos comerciales usan para financiarse.
Algunos expertos han criticado que esta medida es asimétrica y que beneficia sólo a algunos países de la zona del euro, especialmente a Alemania, España y Francia, pero no a todos.
El mercado de estos bonos garantizados tiene en Europa un volumen de unos 1,6 billones de euros, de ellos el 32 por ciento es de Alemania, el 31 por ciento de España y el 15 por ciento de Francia.
El origen de los bonos garantizados se sitúa en Copenhague , tras el gran incendio de octubre de 1728 que destruyó la mayor parte de la ciudad y obligó a los bancos a emitirlos para poder financiar la construcción de nuevas viviendas.
Posteriormente, en Alemania, fue Federico el Grande quien los creó en 1769 para permitir conseguir créditos más baratos para la compra de propiedades.
Estos bonos garantizados están asegurados por créditos hipotecarios, conocidos en España como cédulas hipotecarias, y por créditos al sector público, llamadas cédulas territoriales.
Se trata por ello de bonos en teoría muy seguros (en realidad no lo son tanto, por eso los compra el BCE y no los quiere el mercado) ya que cuentan con garantías adicionales: la cartera hipotecaria o de créditos al sector público de las entidades emisoras y las que ofrece el propio emisor.
El BCE comprará en toda la zona del euro bonos garantizados que deben reunir los requisitos para poder usarlos como garantía en las operaciones de crédito del Eurosistema. El banco europeo comprará cédulas hipotecarias, cédulas territoriales y multicédulas hipotecarias , según se desprende de la definición que ha dado.
Los bonos garantizados deben cumplir los criterios establecidos en el Artículo 22 (4) de la Directiva de Sociedades de Inversión Colectiva en Valores Mobiliarios (directiva UCITS, según sus siglas en inglés) o garantías similares para este tipo de bonos no recogidos en la UCITS.
"Doble A"
Además, el volumen de emisión de la cédula deberá ser, como mínimo, de unos 500 millones de euros y tener la calificación de doble A, títulos considerados de alta calidad.
La entidad monetaria comenzará las compras en julio de este año y prevé haberlas completado a finales de junio de 2010 como muy tarde.
El BCE va a adquirir directamente nuevas emisiones de bonos garantizados en el mercado primario, de modo que es muy probable que contribuya a impulsarlas más.
Algo que ya ha ocurrido: desde que el BCE anunció el 7 de mayo la compra de bonos garantizados, 13 entidades de la zona del euro han emitidos cédulas hipotecarias y territoriales por un volumen de 16.000 millones de euros, según cifras de Barclays Capital.
Esta cifra duplica el volumen emitido en los cuatro meses anteriores al anuncio y, previsiblemente, se va a mantener. Con las compras en el mercado secundario de cédulas ya existentes, el BCE contribuirá a que suba su precio.
Trichet ha hecho hincapié en que no se trata de una medida de expansión cuantitativa (imprimir dinero) y que se producirán ajustes automáticos (política de estabilizadores automáticos).
Las cédulas territoriales están respaldadas parcialmente por bonos del Tesoro, por lo que el BCE contribuye a financiar a algunos gobiernos de la zona del euro.
Algunos de los bancos que emiten cédulas territoriales han estado muy expuestos a diferenciales de crédito y a riesgos de liquidez. Por estas dos razones, algunos expertos habían previsto que el BCE no compraría cédulas territoriales pero al final no ha sido así.
Con la compra de bonos garantizados, el banco europeo quiere apoyar un segmento del mercado de deuda privada que ha estado muy castigado por la crisis financiera y que los bancos comerciales usan para financiarse.
Algunos expertos han criticado que esta medida es asimétrica y que beneficia sólo a algunos países de la zona del euro, especialmente a Alemania, España y Francia, pero no a todos.
El mercado de estos bonos garantizados tiene en Europa un volumen de unos 1,6 billones de euros, de ellos el 32 por ciento es de Alemania, el 31 por ciento de España y el 15 por ciento de Francia.
El origen de los bonos garantizados se sitúa en Copenhague , tras el gran incendio de octubre de 1728 que destruyó la mayor parte de la ciudad y obligó a los bancos a emitirlos para poder financiar la construcción de nuevas viviendas.
Posteriormente, en Alemania, fue Federico el Grande quien los creó en 1769 para permitir conseguir créditos más baratos para la compra de propiedades.