Este rescate se suma al Plan Paulson de 700.000 millones, y al que anunció este martes el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, que podría ascender a los dos billones de dólares.
Pero los rescates estatales no se circunscriben únicamente a EEUU. En Europa, países como Francia, Reino Unido o España también han disparado el gasto público con la excusa de rescatar los mercados financieros, los sectores del automóvil o la construcción, y un largo etcétera.
Precisamente, por esto, resulta especialmente llamativo el llamamiento que hizo hace unos días el primer ministro ruso, Vladimir Putin, durante el Foro Económico y Social de Davos y cuyas declaraciones pasaron inadvertidas en España y otros países europeos.
El mensaje de Putin aquel día, además de hacer un intenso llamamiento a que todos los países trabajen juntos para encontrar la solución a la crisis que sufren las economías de todo el mundo, lanzó algunas advertencias muy llamativas. Putin alertó de los peligros del socialismo, el keynesianismo y el militarismo.
Unas advertencias que no dejan de sorprender de alguien que en Rusia ha centralizado el poder y ha sofocado a la oposición. Un país que utiliza las riquezas de su subsuelo y los precios de la energía como amenaza a sus vecinos. Los casos recientes del conflicto en Georgia o la crisis del gas en Ucrania, son unos pequeños ejemplos. Frente al plan de EEUU Rusia se centra en salvar únicamente su sistema financiero, con fusiones masivas, y la reducción del gasto su gasto público.
Estos antecedentes hacen especialmente singular el mensaje que Putin lanzó en Davos a occidente. El mandatario ruso advirtió de que "es muy tentador tomar medidas simples y populares en tiempos de crisis". Sin embargo, aunque rechaza el aislacionismo, estima necesario aplicar "con prudencia y moderación" políticas proteccionistas.
Recordó que "en el siglo XX, la Unión Soviética adoptó el papel del Estado Absoluto", una medida que "a la larga, ha convertido la economía soviética en un sistema totalmente incompetente". Además, añadió que "aprender esta lección nos costó muy caro" y "estoy seguro de que nadie quiere que se repita".
En este sentido, continuó diciendo que "una intervención excesiva en la actividad económica y la confianza ciega en la omnipotencia del estado", es decir, teorías socialistas, "son otro gran error", dice Putin. Pese a que, en tiempos de crisis, ampliar el poder y el papel del estado es una reacción natural, algunos gobiernos se ven tentados a ampliar la intervención estatal en la economía en la mayor medida posible. Es decir, la aplicación desmedida de la teoría neoclásica o keynesiana.
En su opinión "no hay ninguna razón para creer que podamos lograr mejores resultados al trasladar la responsabilidad al estado". Según dijo, el incremento injustificado del "déficit presupuestario" y la acumulación de la deuda pública "son destructivos".
En tácita alusión a los EEUU, Putin advirtió contra la utilización del keynesianismo militar para levantar su economía de la recesión, diciendo, "en el largo plazo, la militarización no resolverá el problema sino que sofocar temporalmente". Según dice, lo que hará es exprimir enormes recursos financieros y otros recursos de la economía en lugar de encontrar una mejor y más prudente de uso de los mismos.