L D (EFE) El "plan de acción" incluirá un nuevo dispositivo con el fin de recabar toda la información sobre posibles irregularidades, que será analizada y transmitida posteriormente al comisario competente. Los comisarios europeos de Reforma Institucional, Neil Kinonock, y de Presupuestos, Michaele Schreyer, ejercerán personalmente la tutela política de dicho dispositivo, junto al presidente de la Comisión Europea.
Prodi recalcó que "los hechos más graves" en Eurostat se produjeron "antes de 1999", aunque reconoció que algunas irregularidades continuaron durante la gestión del actual Ejecutivo comunitario, porque "se transmitieron después del 2000". El anuncio del presidente de la Comisión Europea se produjo durante su comparecencia ante la comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo, en la que estuvieron presentes los comisarios Neil Kinnock, Michaele Schreyer y Pedro Solbes (Finanzas y responsable directo de Eurostat).
Se trata de la segunda vez que Prodi da explicaciones en el PE de las irregularidades financieras detectadas en Eurostat, tras acudir el pasado 25 de septiembre a la conferencia de presidentes de la Eurocámara. La Oficina de Lucha contra el Fraude (OLAF) investiga "indicios claros de prácticas irregulares" en el servicio externo de venta de datos de Eurostat, que apuntaría a la existencia de cuentas no controladas y posible malversación de fondos públicos, aunque Prodi defendió una vez más el buen nombre de sus comisarios y no aceptó que se les responsabilice de los hechos. Destacó que el dispositivo especial que va a poner en marcha la Comisión "permitirá hacer un mejor seguimiento de las informaciones" entre los distintos servicios, de tal forma que exista una información más fluida entre los comisarios y los directores generales. "No se trata de crear un nuevo marco de investigación, sino de un dispositivo de vigilancia y de alerta", apuntó.
Este anuncio no fue bien recibido por los europarlamentarios, ya que consideran que se trata de un parche que no propiciará los resultados deseados. "¿Cómo se puede pretender que el ladrón informe al policía si el ladrón está implicado y no quiere informar?", le contestó el diputado español Juan José Bayona (Partido Popular Europeo), quien calificó de "comité del cotilleo" el servicio que la Comisión pretende crear. Para Kinnock se trata de introducir "un nuevo sistema de comunicación que refuerza el código de conducta de los comisarios, que tendrán que responder de sus actividades, al igual que los directores generales tendrán que informar al comisario correspondiente".
El socialista portugués Paulo Casaca opinó que se trata de "ideas que no aclaran lo suficiente". La popular María Antonia Avilés preguntó a Prodi el motivo por el que la Comisión no había llevado a cabo la reforma de comunicación interna anunciada en 1999. Prodi le respondió que "nadie pensaba entonces que un director general pudiera estar implicado" en un caso semejante. El responsable del Ejecutivo comunitario consideró "injusto" que se critiquen las reformas emprendidas por la Comisión cuando están todavía en fase de aplicación. "El año 2003 es de transición, en el que se instaura una nueva cultura de transparencia, pero sin alcanzarse la eficacia plena", consideró Prodi.