En la sede del Partido Popular esperaban novedades en el Consejo de Ministros de este viernes. "A ver qué es lo que nos cuenta Rubalcaba", decía esta misma mañana un diputado del escuadrón principal de Mariano Rajoy, augurando que José Luis Rodríguez Zapatero tenía pensado dar algún anuncio de envergadura.
Sin embargo, nadie en Génova esperaba un bombazo informativo de tal calibre, y de ahí que la capacidad de respuesta se haya visto ralentizada. Una hora después de que el vicepresidente primero informara de la limitación de velocidad, el PP sólo daba información en fuentes, pero dejaba intuir por dónde iban a ir los tiros.
Es "la última majadería del Gobierno", resumía, explícito, un miembro de la dirección nacional, en conversación informal con Libertad Digital. Ya un poco más analizada la decisión del Ejecutivo, llegaba la primera valoración oficial, de manos del portavoz del Grupo popular en la Comisión de Seguridad Vial: "Es un disparate evidentemente no meditado", afirmó Federico Souvirón, que puso en duda que el ahorro energético en el que tanto énfasis puso Rubalcaba.
En este punto, las fuentes consultadas se quejan, y mucho, de que el Gobierno no haya consensuado un asunto tan delicado con el resto de fuerzas. "Ni una llamada", tampoco al Consejo Superior de Tráfico. De ahí que ahora surjan una retahíla de dudas: cuánto costará la nueva señalización, cuántas multas tiene previsto ejecutar el Ejecutivo, si es una medida temporal o definitiva...
Tras el primer petardo mediático, escenificado por Souvirón, la traca llegó de voz de Esteban González Pons, responsable del área de Comunicación: "Es una medida soviética", dijo en un acto político en Oviedo.
El vicesecretario general, tras hablar con Rajoy sobre el asunto, redobló en dureza su discurso, llegando a criticar que "se obligue a los españoles a doblegarse" al ahorro. "Es lo que se les ha ocurrido, podrían habernos obligado a apagar la luz a las diez de la noche o a vivir dos familias por casa", comparó, según recoge EP.
Una decisión "extrema" que, ya avanzó por si no hubiera quedad suficientemente aclarado con el tono de su intervención, no cuenta con el beneplácito del PP, habida cuenta de que es fruto de la "improvisación, desconcierto, falta de criterio y la pérdida de todo tipo de referentes" del Gobierno.