L D (Europa Press) El presidente de Volkswagen, Bernd Pischetsrieder, valoró el interés de Porsche y aseguró que una estructura accionarial estable es muy importante en la industria del automóvil para acometer estrategias a largo plazo. Los dos socios anunciaron en el Salón Internacional del Automóvil de Francfort un acuerdo para colaborar en el desarrollo para sus vehículos de sistemas híbridos, que incluyen un motor eléctrico y otro de combustión.
El presidente de Porsche, Wendelin Wiedeking, confirmó este domingo que la compañía con sede en Stuttgart prevé adquirir una participación del 20% en el capital de Volkswagen, valorada en unos 3.000 millones de euros. Así, Porsche se convertirá en el principal accionista de Volkswagen, por delante del "lander" de Baja Sajonia, que dispone de una participación del 18,2% en el capital del grupo automovilístico. Volkswagen cuenta en sus estatutos con una medida de blindaje, conocida como ley Volkswagen, que no permite a un accionista superar el 20% de los derechos de voto sea cual sea su participación. Esta cuestionada norma ha sido rechazada por la Comisión Europea. El consorcio de Wolfsburg, responsable de las marcas Volkswagen, Seat, Audi y Skoda, afronta actualmente una difícil solución y ha confirmado que deberá suprimir miles de puestos de trabajo como consecuencia del exceso de capacidad productiva de sus plantas.
El viernes, Volkswagen se apreció un 3,4 por ciento y los analistas no acertaban a explicarse el porqué de esta fuerte subida. Por su parte, los títulos de Porsche se desplomaron un 12 por ciento en los primeros compases de la sesión matinal, si bien poco después se recuperaban levemente y caían un 8,54 por ciento, hasta los 619,99 euros. El semanario "Der Spiegel", que adelantó la noticia del interés de Porsche, explicó que detrás del alza de los títulos de Volkswagen está el acuerdo que el presidente del fabricante deportivo, Wendelin Wiedeking, ya había cerrado con el banco de inversión Merrill Lynch para hacerse con la participación en Volkswagen. Con la operación confirmada este domingo, Porsche pretende asegurar la continuidad de la cooperación entre ambas compañías y evitar que una tercera parte pueda adquirir y desmembrar el consorcio Volkswagen, cuyos beneficios han caído en picado en los dos últimos años.
En 2004, el grupo automovilístico redujo sus beneficios netos un 28,6 por ciento, hasta los 716 millones de euros (945 millones de dólares), frente al año anterior. El emirato de Abu Dabi ya se mostró dispuesto el año pasado a adquirir una notable participación del mayor fabricante automovilístico europeo, aunque no consiguió acordar con la empresa un precio adecuado. Desde entonces, el hasta ahora mayor accionista de Volkswagen, el Estado federado de Baja Sajonia, con 18,2 por ciento, ha buscado un inversor mayoritario dispuesto a hacerse con un gran paquete de acciones del grupo.
Cuando se materialice la operación, la participación de Porsche y la propia de Volkswagen, con un 13,1 por ciento, junto con la de Baja Sajonia, sumarán una mayoría del 51,3 por ciento y podrán frenar así compras hostiles por parte de grupos financieros extranjeros. Según la llamada "ley Volkswagen", ningún inversor del consorcio, fuera del Estado de Baja Sajonia, puede tener un derecho de voto superior al 20 por ciento de los títulos, aunque la Unión Europea ya ha indicado su oposición a esta ley. El primer ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff, dio hoy la bienvenida al interés de Porsche y consideró que la decisión supone una gran oportunidad para la industria automovilística alemana, porque Volkswagen podrá aprovecharse de la alta calidad de los productos de aquel fabricante.
En la actualidad, Volkswagen suministra a Porsche el 30 por ciento del volumen de ventas y ambos productores han desarrollado de manera conjunta el todoterreno deportivo que Volkswagen comercializa como Touareg y Porsche como Cayenne. Además, estos fabricantes alemanes colaboran en la creación de un motor híbrido eléctrico y de gasolina para estos modelos y otros futuros. Sin embargo, los lazos entre ambos productores tienen como figura clave a Ferdinand Piech, presidente del consejo de vigilancia de Volkswagen, y de Porsche, nieto del creador de la marca deportiva y dueño del 13,2 de los títulos de Porsche.
El experto del sector Ferdinand Dudenhoeffer elogió la acción, que supuestamente fue urdida en secreto entre Piech y Wiedeking, y dijo que Piech "ha honrado a su abuelo protegiendo a Volkswagen de una compra hostil y regalando a Porsche una buena inversión". El fabricante de deportivos vendió el año pasado 88.000 vehículos, frente a los cinco millones vendidos por Volkswagen, si bien el consorcio de Stuttgart, pese a su tamaño, es la compañía europea más rentable del sector. El presidente de Volkswagen, Bernd Pischetsrieder, ha puesto en marcha un plan de recorte de costes para mejorar los resultados de la empresa, que ha tenido pérdidas en los últimos tres años.