La Reserva Federal de EEUU (FED) y el Banco Central Europeo (BCE), en coordinación con los principales bancos centrales del planeta, han puesto en marcha medidas extraordinarias que carecen de precedentes con el objetivo de evitar el colapso del sistema financiero internacional y reactivar el crédito para facilitar la recuperación económica. La histórica bajada de tipos, hasta niveles próximos al 0%, las inyecciones masivas de liquidez y la compra de deuda pública han sido los principales instrumentos empleados para tal fin.
Gracias a esta política monetaria ya no existe riesgo de "colapso", según han advertido recientemente los banqueros centrales. Pese a ello, no han logrado sus objetivos. La banca central, no sólo ha abandonado tales medidas extraordinarias, sino que está pisando el acelerador: el Banco Central Europeo (BCE) adjudicó el miércoles 442.240,5 millones de euros a un tipo fijo del 1% en la primera subasta de liquidez con vencimiento a un año celebrada por la institución como parte de las medidas "no convencionales" anunciadas por Jean Claude Trichet el pasado mes de mayo. Una macroinyección histórica y casi ilimitada a la banca continental.
Asimismo, el crédito sigue estancado y la restricción de préstamos (credit crunch) sigue su curso, también en España. ¿Está funcionando la política monetaria de la banca central?
Tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, las inyecciones de liquidez no han hecho más que aumentar. En EEUU la base monetaria (BM) está creciendo a un ritmo récord. La FED está inyectando liquidez al sistema, es decir, aumentando la BM por todas las vías posibles: dando crédito a los bancos, concediendo crédito a las empresas y comprando títulos en el mercado (operaciones de mercado abierto), tal y como señala el profesor del Instituto de Empresa (IE), Rafael Pampillón.
Como resultado, la base monetaria en EEUU ya se había disparado un 114% interanual el pasado enero. Desde entonces, este indicador sigue subiendo, tal y como muestran los siguientes gráficos.
En teoría, el crecimiento de dicha base permitirá a los bancos estar en condiciones de ampliar sus pasivos y, por lo tanto, aumentar la cantidad de dinero en circulación mediante la concesión de nuevos créditos a la economía real. Sin embargo, de momento, no se ha producido dicho efecto sino todo lo contrario -restricción del crédito-.
La razón estriba en que los "bancos reciben esa liquidez de la Reserva Federal y en vez de utilizarla para dar crédito la dedican a aumentar sus reservas bancarias. Como consecuencia el coeficiente de caja de los bancos estadounidenses está aumentando", señala Pampillón.
Al mismo tiempo, el porcentaje de billetes y monedas en manos del público (coeficiente en efectivo) también aumenta. "Como el público desconfía de los bancos, por un lado, reducen sus depósitos, que es el denominador del coeficiente y, por otro, atesoran mayor cantidad de billetes y monedas".
El multiplicador del dinero se reduce
Sin embargo, al aumentar ambos indicadores (coeficientes de caja y de efectivo) el multiplicador del dinero se reduce. Es decir, "a pesar del fuerte aumento de la base monetaria la cantidad de dinero no crece porque el multiplicador se reduce", añade. Y es que, la cantidad de dinero depende tanto de la base monetaria como de su multiplicador.
A ello se suma, además, el hundimiento de la velocidad de circulación del dinero, que se refiere al número de veces que una unidad monetaria (un dólar) cambia de manos durante un año. En este caso, Pampillón indica que dicho descenso "no es otra cosa que la reducción del número de transacciones efectuadas en un periodo". Y este indicador es "muy negativo", ya que ha caído en 2 años de 1,92 a 1,68.
La contracción real de la cantidad y la velocidad de dinero en circulación son dos indicadores claros de que, en la actualidad, EEUU está sufriendo una "recesión con deflación", concluye Pampillón. Y ello, pese a la política monetaria desesperada del presidente de la FED, Ben Bernanke.
En la UE sucede lo mismo
"La transmisión de la política monetaria es compleja. Crecimientos en la base monetaria no aseguran el crecimiento de la cantidad de dinero. Pero es que, además, aumentos en la cantidad de dinero no aseguran la expansión de la demanda agregada. La política monetaria sirve bastante bien para frenar la actividad económica, es decir, puede restringir la demanda agregada, pero, en épocas de crisis, parece que no sirve para expandir la economía", indica.
Este mismo proceso también acontece en la zona euro:
El prestigioso inversor y gestor de fondos estadounidense MartIn Weiss va más allá y habla de "colapso de la deuda sin precedentes", tal y como evidencia un reciente informe de la FED de Flow of Funds estadounidense del primer trimestre de 2009, la estadística que mide el endeudamiento del país. Así, tras la quiebra de Lehman Brothers, el colapso del mercado crediticio no ha hecho más que empeorar.
El crédito se ha contraído a un nivel nunca visto en EEUU. La restricción de préstamos se ha intensificado para todos los sectores productivos del país, excpeto para el sector público. Es decir, EEUU está registrando su particular credit crunch y efecto expulsión del sector privado (crowding out), tal y como también acontece en España. El crédito al sector privado de EEUU se ha reducido en 1,85 billones hasta el pasado marzo en comparación con el mismo período de 2008.
Destrucción récord de riqueza
Asimismo, la pérdida de riqueza patrimonial de los hogares estadounidenses ha batido todos los récords. En concreto, la depreciación de activos (inmuebles, bolsa, fiondos de inversión y de pensiones) arroja unas pérdidas totales de 13,8 billones de dólares desde el inicio de la crisis (mediados de 2007) hasta el pasado marzo, según el citado informe de la FED. La "peor" cifra "de todos los tiempos", según Weiss.
De este modo, parece que Bernanke está fracasando en su objetivo de evitar la temida deflación. A corto plazo, no existe riesgo de inflación pese a la política monetaria extraordinaria puesta en marcha por la FED, ya que el ritmo de destrucción del crédito es muy superior a la impresión de billetes (aumento de la base monetaria de la FED).
La reactivación del crédito es inexistente, con lo que hablar de "brotes verdes" parece, como mínimo, prematuro a la vista de los datos oficiales. Además, el aumento de la morosidad hasta niveles récord, junto al incremento del desempleo tampoco dan muestras de optimismo a corto y medio plazo. Según estos analistas, los bancos seguirán siendo muy reticentes a la hora de conceder créditos ante tal panorama.