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SUBEN LAS COMISIONES

Aplazar los pagos de la tarjeta de crédito puede encarecer la compra hasta un 25%

Introducir el "concepto" de tarjeta de crédito en España ha sido uno de los objetivos más complicados para las entidades emisoras; su uso como instrumentos de financiación era muy limitado. Ahora que es muy difícil obtener financiación, su uso se ha disparado, pero cuidado, no todas son iguales. 

La mayoría de los españoles llevan más de una en el bolsillo y cada vez sirve de más "ayuda" para llegar a fin de mes. Aunque actualmente se emiten menos que en los años anteriores (en 2009 se ha reducido el número de tarjetas en circulación tanto de débito como de crédito), el parque de las de crédito ha crecido espectacularmente, pasando de 16 millones en el año 2000 a 43,7 millones en 2009, mientras que las de débito han crecido tan solo un millón en este periodo hasta los 30,74 millones.

Este crecimiento espectacular se ha basado fundamentalmente en ampliar la gama de productos y que estos ofrezcan ventajas a los consumidores para su contratación como son cuotas gratis, descuentos y el reclamo de poder pagar fácilmente a plazos con las llamadas tarjetas "revolving".

En la página web de Iahorro se puede consultar la amplia gama de tarjetas existentes y elegir la que mas se adecue a nuestras necesidades accediendo a todas sus características que debemos de analizar antes de su contratación y uso.

Tipos de interés: siempre mirar la TAE

Gran parte de los tenedores de una tarjeta de crédito la utilizan solamente como instrumento de pago diferido, es decir, acumulan las ventas de un periodo para generalmente liquidarlas a principio del mes siguiente. En este caso no existe coste financiero.

Pero si decidimos acogernos a cualquier modalidad de financiación que ofrezca la tarjeta o esta opción es obligatoria tenemos que tener en cuenta el tipo de interés que vamos a pagar. En muchas ocasiones, se nos destaca el tipo de interés nominal mensual, y no el tipo anual o TAE, dando la impresión de que por muy poco dinero podemos financiar la compra. 

Siempre debemos fijarnos en la TAE, que nos permite comparar de forma homogénea con otros instrumentos de financiación como un préstamo. Así, a modo de ejemplo, un 1,75% nominal mensual supone una 23,14% TAE, unas tres veces más de la media de un préstamo personal y cerca de 12 veces más que un hipotecario.

Mejores formas de financiar la compra

Normalmente existen tres formas de financiar las compras de una tarjeta de crédito, fraccionando la compra durante un periodo de tiempo (normalmente con un máximo de un año), pagar una cantidad fija todos los meses o un porcentaje sobre la deuda pendiente.

Sin duda, financieramente esta es la peor opción, ya que al pagarse un porcentaje sobre la deuda siempre irá quedando una cantidad pendiente la cual genera intereses. Pagar un cantidad fija (siempre existe un mínimo) nos permite saber cual va a ser nuestro pago de forma mensual y cuando este supere la deuda pendiente cancelarla.

Por último al fraccionar una operación sabemos cuando finalizaremos el pago de la deuda y de forma aproximada las cuotas, ya que a esta tendrán que añadirse los intereses que genere la deuda. Lo recomendable es ajustarse a los periodos más cortos posibles, se pagaran menos

Cuidado con las disposiciones de dinero en efectivo

Sacar dinero a crédito, o como algunas entidades permite usar el disponible en la tarjeta e ingresarlo en la cuenta es una de las prácticas más caras para el consumidor. Aun liquidándose en el mismo mes y no generando intereses, realizar esta operativa supone el pago de una comisión de entre el 2,5%-3% de media que será añadida al dinero que devolvemos. Así, si sacamos 1.000 euros, y la comisión es del 2,5% al mes siguiente tendremos que pagar 1.025 euros, por unos pocos días nuestro coste será en términos TAE del 34,39%.

Igualmente hay que evitar que vayamos cubriendo deudas de una tarjeta con disposiciones de otras tarjetas ya que con estos altos costes podemos entrar en un círculo vicioso que puede acabar multiplicando la deuda. En España no hay un límite en el número de tarjetas que podamos tener tan sólo la concesión o no por parte de la entidad emisora.

La tarjeta de crédito es un buen producto pero como cualquier instrumento de crédito tiene su coste y su riesgo que el consumidor debe tener en cuenta. A modo de ejemplo hace apenas 5 años en el Reino Unido se limitó el número de tarjetas de crédito por titular a 8, ya que el parque de tarjetas en circulación llegó a superar 5 veces el total de población. Por ello, el mejor consejo, comparar bien entre productos y analizar todas las características del producto escogido.

En Libre Mercado

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