"Estamos en el camino correcto. Vamos hacia adelante", aseguró Obama durante un discurso de cerca de 20 minutos ante el consejo ejecutivo de la mayor federación sindical estadounidense, la AFL-CIO. Esa frase se ha convertido en su más reciente consigna para destacar los esfuerzos de su Gobierno para espolear la economía, afectada por una alta tasa de desempleo del 9,5 por ciento.
Obama reconoció que la estrujada clase medida de Estados Unidos ha afrontado problemas durante una década. "No nos damos por vencidos ni nos rendimos. Seguiremos luchando por una economía que funcione para todos, no sólo para unos pocos privilegiados", prometió Obama, arrancando aplausos al inicio del encuentro de dos días de la AFL-CIO. Obama también logró una ovación cuando prometió luchar por la aprobación de una ley que facilite la organización de sindicatos.
Al recordar su reciente visita a una planta de Chrysler, en Michigan, el mandatario señaló que las vicisitudes del sector automovilístico datan de antes de esta crisis financiera. "La industria automovilística por sí sola perdió centenares de miles de trabajos el año antes de que yo asumiera el poder...decidí que no podíamos dar la espalda (a una fuente) de posiblemente un millón de empleos para la clase media", observó Obama, en alusión al rescate del sector, iniciado en 2008 y que continuó el año pasado.
La asistencia a los sectores financiero y automotriz no fue popular ni entre la oposición, que incluso la tachó de métodos "socialistas", ni entre el ciudadano de a pie que, según algunas encuestas, se sintió abandonado a su suerte en medio de la crisis. Pero, ahora, "los tres fabricantes de automóviles de EEUU están operando con ganancias por primera vez en más de cinco años. Han tenido el crecimiento de trabajos más fuerte en más de diez años", señaló Obama a manera de ejemplo.
Su discurso, que coincidió con su 49 cumpleaños, estuvo dirigido principalmente a la opinión pública, en unos momentos en que la incertidumbre sobre el rumbo de la economía adquiere un lugar protagonista de cara a los comicios legislativos del próximo 2 de noviembre.
En paralelo al discurso, los demócratas del Senado lograron vencer las tácticas dilatorias de la oposición para proceder a la votación de una medida de 26.000 millones de dólares que otorga ayuda federal a los estados que afrontan déficit presupuestarios. Con la ayuda de dos republicanas, la medida avanzó con 61 votos a favor y 38 en contra para su votación definitiva.
Sin embargo, la lentitud del repunte económico, según analistas, dificultaría los esfuerzos de reelección de los demócratas, en unos momentos en que también la popularidad de Obama se ha visto afectada por la crisis económica.