(Libertad Digital) Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, ha declarado en rueda de prensa que el Gobierno defiende la mejora de la seguridad y el control de las centrales nucleares, ya que están basadas en una tecnología "concebida para la guerra", según ha declarado. La nuclear provee el 15 por ciento de la energía del mundo, y resulta una fuente relativamente barata y que además no depende de fuentes que se encuentran en países políticamente inestables, como es el caso del petróleo.
Precisamente los altos precios del crudo han reavivado en todo el mundo el debate en torno a la energía extraída del átomo. Además de ciertos factores coyunturales, como la inestabilidad política de Nigeria o la crisis en torno al programa armamentístico de Irán, además del hecho de que Irak no haya recuperado del todo su capacidad productiva, hay factores estructurales que alimentan las subidas del precio del petróleo, actualmente en máximos nominales históricos. Principalmente, esos factores estructurales son la recuperación económica mundial y, más a largo plazo, las crecientes demandas de crudo por parte de India y China, que aumentan incluso a mayor ritmo que sus respectivas economías. Dichos precios incrementan el interés por fuentes alternativas, como la nuclear.
Por otro lado, está en marcha un esfuerzo de algunos países para reducir las emisiones de CO2 y reducir así la pequeña aportación humana al efecto invernadero de la Tierra. Para ello hay dos acuerdos, uno el de Kioto basado en el racionamiento de las emisiones, y el otro, el Pacto Asia-Pacífico, firmado por países con más emisiones que los firmantes de Kioto, que apuesta por el desarrollo tecnológico. España es firmante de Kioto, pero es el país que más lo incumple, ya que según ha reconocido recientemente el ministerio de Cristina Narbona, ha aumentado las emisiones de CO2 en un 48 por ciento sobre las de 1990, cuando el límite es el 15 por ciento. Las actuales centrales nucleares en España ahorran la emisión de 60 millones de toneladas de CO2 al año, el equivalente a lo que emite todo el parque automovilístico español.
Pese a los altos precios del petróleo y a que España incumple Kioto más que ningún otro firmante, Cristina Narbona ha querido aprovechar el 20 aniversario del accidente de Chernóbil, que se producirá mañana, para centrar el debate ya abierto sobre la energía nuclear en el problema de la seguridad. Crernóbil es con diferencia el mayor accidente nuclear en la historia, y no se produjo en una democracia, con todos los controles sociales propios de las sociedades abiertas, sino en la dictadura soviética.
Según un estudio realizado por nueve organismos de la ONU, se han producido por causa del accidente 50 muertes de los servicios de emergencia por irradiaciones agudas, y nueve niños por cáncer de tiroides. El estudio habla de hasta cuatro mil muertes, pero el dato es una proyección a largo plazo, no la contabilidad de muertes producidas, que se limitan a las 59 registradas.
No obstante, hizo mención de la Mesa de diálogo sobre el futuro de la energía nuclear que se reúne desde principios de este año, como "una magnífica ocasión para saber la situación de la energía nuclear en España y debatir sobre los almacenamientos de residuos radiactivos".