Merkel y seis ministros llegan este jueves a Madrid, en algo más que un encuentro bilateral al uso. España no es Grecia ni Irlanda, y en Alemania no quieren ni pensar lo que supondría un rescate de nuestra economía. La exposición del sistema financiero internacional a la deuda –pública y privada– española asciende a 989.000 millones de euros. Una quiebra de España se llevaría por delante a buena parte de la banca alemana y europea.
Esta intervención de facto de la política económica española convierte la visita en un examen para Zapatero y sus ministros. Es el momento de revisar si se han hecho correctamente los deberes. En el debe del Gobierno están las cifras de paro, que cada mes son más dramáticas y siguen batiendo récords. Este mismo miércoles, la víspera del desembarco alemán, conocíamos que en enero el número de desempleados llega a los 4.689.596.
En el haber debería estar el plan de reformas que Merkel viene exigiendo desde el mes de mayo. Zapatero se ha esforzado en las últimas semanas para llegar a esta fecha con los deberes hecho. La privatización de las cajas de ahorro y la tímida reforma del sistema de pensiones serán sus grandes bazas. Pero detrás de la euforia que mostraba Zapatero tras la firma del pacto con sindicatos y empresarios, hay más humo que paja.
La primera cita de Merkel será en Zarzuela. Un encuentro con el Rey en el que también estará Zapatero. Después la canciller y el presidente español se trasladarán al Palacio de la Moncloa. Tras el encuentro bilateral, ambos jefes de gobierno compartirán en torno a las 14.00 horas un almuerzo de trabajo con el resto de ministros al que también se ha invitado a empresarios españoles, alemanes, a los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y al presidente de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), Michael Sommer. Zapatero y Merkel ofrecerán una rueda de prensa conjunta en Moncloa a las 15.30 horas, en la que se podrá empezar a calibrar el resultado del examen.
Junto a Merkel, vendrán su vicepresidente y sus cinco ministros del área económica. Está claro que no será fácil convencerles de que lo hecho hasta ahora es suficiente. Los siguientes serán los principales temas a tratar por los equipos hispano-alemanes.
Wolfgang Schäuble (Finanzas) – Las cajas
Elena Salgado será la encargada de convencer al ministro con más peso dentro del Gobierno alemán. El democristiano Wolfgang Schäuble (que hace unos meses pidió que los países con problemas abandonasen el euro, en una clara advertencia al Gobierno de Rodríguez Zapatero) viene con el sistema financiero entre ceja y ceja.
El problema que más preocupa al equipo de Schäuble es el de las cajas de ahorros. El agujero que ha dejado el sector inmobiliario varía, según quien haga las estimaciones, entre 80.000 y 100.000 millones de euros. Para resolver el problema, lo primero es saber qué tiene cada entidad en sus balances. Luego, habrá que sanear éstos, seguramente tras la entrada en su capital de otros bancos (muchos de ellos extranjeros) y la privatización de muchas cajas. Eso es lo que apunta la última reforma presentada por el Gobierno hace unos días. Antes de fin de año, el mapa bancario español será irreconocible y, probablemente, más del gusto de los alemanes. ¿Podrá Salgado aprobar el test de Schaüble?
Guido Westervelle (Vicecancillería y Asuntos Exteriores) – El déficit
Alfredo Pérez-Rubalcaba debería tratar con el líder del Partido Liberal (FDP) y la segunda persona más poderosa del gabinete de Angela Merkel. Como buen liberal, Westervelle apoya decididamente la reducción del peso del Estado en la economía. Como explica Libertad Digital este mismo miércoles, Alemania ha conseguido reducir el déficit público y situarlo, por fin, por debajo del 3% exigido por el Pacto de Estabilidad. Esto se ha debido a un importante ajuste del gasto estatal y a los ingresos derivados del crecimiento económico. La austeridad da frutos.
España, por el contrario, superará en 2011 el 6% tras cerrar 2010 por encima del 11%. Estos números rojos empujan a las finanzas públicas hacia el precipicio de la quiebra y el rescate, algo que Alemania no está dispuesta a consentir. Zapatero ya ha tenido que realizar dos fuertes planes de ajuste como respuesta a las exigencias germanas: en mayo el tijeretazo, tras la instauración del fondo de rescate europeo, y en diciembre el Plan B, tras las nuevas tensiones en el mercado de deuda pública. Tras este último paquete de reformas, Angela Merkel anunció su visita a Madrid acompañada de su Gobierno: ¿conseguirá arañar un cinco, a Westervelle, Alfredo Pérez Rubalcaba?
Úrsula von der Leyen (Trabajo) – Reforma laboral
Valeriano Gómez tendrá enfrente a esta madre de familia (muy) numerosa -siete hijos- casada con un exitoso empresario descendiente de la nobleza germana. A pesar de ser uno de los rostros amables y conocidos del gabinete de Angela Merkel, Gómez no podrá distraerse. Tendrá que explicarle por qué la tasa de paro en España es tres veces superior a la alemana y la competitividad hispana se hunde mientras la de su socio sigue mejorando.
La reforma laboral aprobada hace unos meses y el pacto alcanzado ayer mismo con los sindicatos tienen al país germano como modelo. El famoso modelo alemán se basa en la flexibilidad: a la hora de negociar los salarios, aplicar los resultados de la negociación colectiva y reducir jornadas (y salarios) en las empresas en función de la demanda real. Todo esto suena parecido a lo pactado por Gobierno, sindicatos y empresarios en el Plan de Choque del Empleo incluido en el pacto social: se reducirán las cotizaciones a aquellas empresas que contraten jóvenes o parados de larga duración con jornadas reducidas. Esto busca estimular el empleo de estos colectivos (divides un trabajo en dos jornadas de cuatro horas; se facilita su contratación con la reducción de cuotas y se reduce el paro). ¿Será suficiente para que Gómez convenza a Von der Leyen?
Rainer Brüderle (Economía) – Las pensiones
Gómez tendrá trabajo doble en esta cumbre: también le toca explicar la reforma de las pensiones, seguramente, a este miembro del FDP de 65 años del que es difícil encontrar una fotografía en la que no sonría. Alemania ya aprobó hace más de tres años el retraso de la jubilación a los 67 años. De hecho, la edad real de retiro para los trabajadores alemanes está en los 63 años, casi dos más que los españoles. Evidentemente, resulta muy difícil defender electoralmente que se rescate a un país que paga pensiones públicas que no son accesibles para los germanos.
Cuando Grecia cayó, éste fue uno de los puntos clave, ya que los trabajadores helenos están entre los que antes se jubilan de toda Europa. Ahora le toca a España. No es casual que el Gobierno haya aprobado el texto que presentará al Congreso diez días antes de la llegada de Merkel y su equipo. El problema es que la promesa de la jubilación a los 67 años ("innegociables") para todos ha quedado muy descafeinada después de una negociación con los sindicatos (ahora ya no serán "homogéneos ni forzosos") que abre la puerta a que se generalice un adelanto en el retiro. ¿Superará Gómez las preguntas de Brüderle?
Peter Ramsauer (Transporte) – Exportaciones y competitividad
Miguel Sebastián lidiará con este padre de cuatro hijos que está casado con una prima de Sandra Bullock. España es uno de los países del mundo con un déficit comercial mayor, incluso tras el palo que se han llevado las importaciones durante la crisis, mientras que Alemania es el mayor exportador del mundo tras China.
Siempre se dice que uno de los caminos para salir de la recesión debería ser apoyarse en el mercado exterior. De hecho, el crecimiento alemán es una importante fuente de optimismo para las empresas hispanas, pues el país de Angela Merkel es uno de sus mayores mercados. El problema es que para vender es necesario hacer productos atractivos y a un precio competitivo. Y para eso ayudarían unos impuestos más bajos, como los que aplica Alemania a sus compañías. Sin embargo, en ninguno de los textos aprobados por el Gobierno en los últimos días se apunta en esa dirección (más allá de una pequeña reducción para las pymes anunciada en el Plan B). ¿Suspenderá Ramsauer a Sebastián?
Annette Schavan (Educación y Ciencia) - I+D+i
A Cristina Garmendia le tocará explicarle la "nueva economía española" a esta renana de 55 años, una de las figuras más enigmáticas del Ejecutivo alemán. Uno de los empeños del Gobierno socialista desde que comenzó la crisis es el cambio de modelo productivo y el aumento de los fondos destinados a I+D+i (Investigación + Desarrollo + innovación).
Sin embargo, a pesar de este esfuerzo, las empresas españolas siguen muy por detrás de las alemanas en el gasto en investigación y nuevos productos. El turismo y la construcción lideraron la etapa de bonanza y las nuevas tecnologías no han logrado sustituir a estos sectores. En España, el Gobierno gasta en I+D+i más que el alemán, mientras el sector privado germano triplica al hispano en este mismo concepto. En el pacto social firmado este miércoles a bombo y platillo en La Moncloa, se habla mucho de energía, innovación y nuevos sectores, pero no se cierra ninguna medida concreta. ¿Será suficiente para que Garmendia pase el examen de Schavan?