Angela Merkel no quiere que la crisis griega se lleve por delante su Gobierno. Con una popularidad a la baja y unas elecciones a la vuelta de la esquina, la canciller alemana ha decidido que no arriesgará su capital político en el rescate al país heleno.
Los electores germanos no quieren que con sus impuestos se paguen los dispendios de los países del sur de la UE y, aunque todos los analistas coinciden en que acabará cediendo, Merkel quiere dejar claro que no será gratis y que Grecia tendrá que cumplir con sus exigentes requisitos. La pregunta es, ¿puede resistir este país hasta las elecciones regionales alemanas del 9 de mayo?
El calendario marcado por los diferentes actores de esta peculiar obra fija para el 19 de mayo la fecha límite. Antes de ese momento, el FMI, la Comisión y el BCE deberán aprobar la solicitud de activación del plan de ayuda. Los organismos han declarado que su respuesta no se demorará y el ministro de Finanzas heleno dijo que espera la ayuda antes del 19 de mayo. Por su parte, Elena Salgado ha asegurado este viernes que la aportación española (de más de 3.600 millones) se aprobará el próximo viernes, 30 de abril.
Por eso, la canciller alemana se mostró a favor de conceder a Grecia la ayuda financiera que necesita, pero vinculó este tipo de rescate por parte de sus socios de la Unión Europea a "estrictas condiciones" y subrayó que la estabilidad del euro es prioritaria. En su opinión, lo importante es que Grecia presente ante la UE y el Fondo monetario Internacional un programa de ahorro creíble, señaló Merkel en Berlín después de entrevistarse telefónicamente con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu.
Merkel destacó que una vez presentado ese programa de ahorro, deberá ser valorado por el Banco Central europeo y el FMI, condición previa para la posterior concesión de las ayudas financieras. Además, Merkel dijo que el BCE, el FMI y la Comisión Europea deberán determinar si la estabilidad del euro exige que se conceda ayuda a Grecia.
En caso de que el plan de ayuda de la UE se pusiera en práctica, el aporte alemán se haría a través de un crédito del Banco para la Reconstrucción, que recibiría un aval estatal por lo que, según el Gobierno, no implicarían un costo inmediato para el contribuyente alemán. El Partido Socialdemócrata (SPD), el principal en la oposición, acusó al Gobierno de no querer revelar los detalles sobre el aporte alemán a la ayuda a Grecia antes de las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia, que se celebran el 9 de mayo.
El plan europeo contempla ayudas por valor de 30.000 millones de euros, de los que Alemania tendría que aportar el 27,92 por ciento lo que equivale a 8.376 millones.
El G-20, aliviado
Mientras, desde Washington, los ministros de Economía del G-20 se mostraron mucho más comprensivos que la canciller alemana.
La vicepresidenta segunda del Gobierno español y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dijo que España podrá prestar la ayuda solicitada por Grecia "enseguida". Salgado, que acude a la reunión del G20 como representante de la UE, al ocupar España la presidencia de turno, recordó que la aportación máxima será de 3.670 millones de euros.
"Es lo que los mercados esperaban ansiosamente", afirmó la ministra de Economía y Finanzas francesa, Christine Lagarde, quien dijo esperar que la ayuda de su país a Grecia, por un máximo de 6.300 millones de euros, esté disponible entre el 9 y el 10 de mayo.
Similar disposición mostró el titular de Economía italiano, Giulio Tremonti quien afirmó que, "cuando ves que la casa del vecino arder hay que darle el extintor". Roma, al igual que París, está lista para desembolsar la ayuda correspondiente, que en el caso italiano ascendería a los 5.500 millones de euros. El paquete de ayuda del Eurogrupo asciende a 30.000 millones de euros y cada país tendrá que aportar en función de su participación en el capital del Banco Central Europeo (BCE).
La buena acogida dada a la decisión griega coincide también con el temor a un posible contagio a otros países de la UE con alto endeudamiento fiscal. En ese sentido, el presidente del banco central alemán (Bundesbank), Axel Weber, dijo hoy que el riesgo de contagio de la crisis griega ha aumentado en las últimas semanas y advirtió de que muchos países tienen "déficit presupuestarios excesivos.
"El riesgo de contagio ha aumentado en las últimas semanas", sostuvo Weber, quien precisó, de todos modos, que la situación en Grecia no plantea un verdadero problema para el euro. Tanto España como Portugal e Irlanda tienen elevados déficit fiscales aunque muy por debajo del de Grecia.
Está previsto que el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantínu, viaje este fin de semana a Washington para negociar las condiciones del préstamo con el FMI, que podría rondar los 15.000 millones de euros.
El G20 está integrado por la Unión Europea, el G7 (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Suráfrica, Turquía y Rusia.
Merkel exigirá "estrictas condiciones" a Grecia para aprobar su rescate
El 19 de mayo es el límite fijado para rescatar a Atenas Sin embargo, no será tan fácil. Angela Merkel, con unas elecciones regionales a la vista, ha endurecido su discurso. A Salgado le ha faltado tiempo para anunciar que inyectará "enseguida" a Atenas el crédito español.
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