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Merkel impone su protectorado económico a cambio del dinero del rescate

Alemania admite la ampliación y flexibilización del Fondo de Rescate a cambio de imponer su política económica.

El pasado fin de semana ha sido muy intenso en Bruselas. Entre el viernes y el sábado, los primeros ministros y presidentes de los países que comparten la moneda única se reunieron con el objetivo de pactar la ampliación del Fondo de Rescate europeo. Eso sí, como contrapartida, los países más fuertes del grupo (Alemania y Francia), impusieron el Pacto del Euro, con el que intentarán que la economía de la eurozona gane en competitividad y productividad.

Merkel da su brazo a torcer y facilita a las naciones en problemas (Portugal, España, Italia o Bélgica) una inyección de oxígeno, que les permitirá respirar al menos unas semanas más. A cambio, impone de facto una especie de protectorado europeo, en el que todos los miembros tendrán que seguir las líneas maestras de su política económica. Los resultados finales se verán en el futuro, pero al menos a corto plazo, para las finanzas públicas españolas la decisión es como agua de mayo. Los mercados lo han reconocido este mismo lunes, con una fuerte caída de la prima de riesgo y la subida de los bancos en la bolsa madrileña.

El Fondo de Rescate

Aunque la mayoría de los titulares se los llevó el Pacto por el Euro que se acordó el viernes (aunque todavía está pendiente de su contenido final), lo más importante de lo que sucedió en la capital belga tuvo lugar el sábado, cuando se pactó la ampliación del Fondo de Rescate.

Como ya explicamos hace unos meses, los 750.000 millones de euros con los que se constituyó el Fondo en mayo del año pasado se recortaron hasta los 450.000 millones tras la quiebra irlandesa y los problemas de España y Portugal. Los países europeos no podían poner más dinero si querían mantener la calificación de Triple A. El problema es que esa cantidad no era suficiente para acudir a todos los frentes, especialmente si era la economía española la que caía.

Por eso, lo acordado este sábado es tan importante. Los países europeos se comprometen a ampliar su aportación hasta los 440.000 millones previstos inicialmente; más los 60.000 millones que pondrá la Comisión y los 250.000 del FMI se llega a los 750.000 millones previstos. Además, se flexibilizaron los criterios de aplicación del fondo que, a partir de ahora, podrá comprar deuda de los países en dificultades en el mercado primario de deuda, "dentro de un programa de condicionalidad estricta". En opinión de Andrew Bosomworh, de Pacific Investment Management citado por Bloomberg, "es una sorpresa positiva, puesto que el acuerdo contiene importantes elementos de cortafuegos" que impedirán que la crisis de deuda se extienda.

Prima de riesgo y bancos

La reacción de los mercados a las nuevas condiciones no se ha hecho esperar. La ampliación del Fondo de Rescate favorece, en el corto plazo, a las finanzas públicas de los países en dificultades, especialmente España. Con la nueva dotación ya sí será posible rescatar al Tesoro y, además, la flexibilización en las condiciones hará más sencillo acudir al rescate en caso de necesidad puntual.

Por eso, no es extraño que la deuda pública española viviera este lunes uno de sus mejores días de los últimos dos años. La prima de riesgo cayó de los 218 puntos básicos en los que comenzaba la sesión a los 204 puntos con los que cerró (pasando por un mínimo de 196, bajando por primera vez de 200 puntos en más de un mes).

Además, los bancos también eran receptores de buenas noticias. El sector financiero español es el más expuesto de Europa a una posible quiebra lusa o hispana, por lo que lo acordado el sábado le benefició especialmente. De esta manera, BBVA subió el 3,43 %; el Santander, el 2,31 %, Bankinter el 5,90 %, el Banco Sabadell un 1,98 %, y el Banco Popular, el 1,38 %. Estas subidas ayudaron a que la bolsa española fuera la única de entre las grandes europeas que se sobrepuso en la jornada al desastre ocurrido en Japón. Todas estas entidades mantuvieron la tendencia positiva a lo largo del martes, a pesar de las dificultades de la jornada en el conjunto del mercado.

El Plan del Euro

Evidentemente, los grandes países europeos no entregaron gratis esta ampliación del rescate. Alemania y Francia –especialmente la primera- exigieron como contraprestación la aprobación del llamado Plan del Euro, que intentará mejorar la competitividad de la economía europea. Aunque lo pactado finalmente no recoge todas y cada una de las peticiones de Angela Merkel, sí que establece un marco en el que tendrá que desarrollarse la política de los países de la eurozona.

Todos los socios tendrán que seguir las líneas maestras establecidas por la canciller alemana, con exámenes periódicos cada doce meses para comprobar el grado de cumplimiento de cada país. De esta manera, Merkel impone una suerte de protectorado económico a cambio de abrir la mano en lo que se refiere al rescate de los derrochadores. Las preguntas que surgen son si el contenido del Pacto del Euro se cumplirá, si será suficiente para sacar a la eurozona del letargo y si la facilidad para los países con problemas de deuda no será un incentivo para los gobiernos menos responsables.

El contenido del Pacto del Euro

Los principales puntos del acuerdo son (aunque aún falta la redacción final del texto):

Sueldos: La evolución de los sueldos debe ser conforme a la productividad, según el pacto, que advierte de que "las alzas pronunciadas y constantes" de los salarios pueden llevar a la "erosión de la competitividad". El texto no menciona, como planteó Alemania en un primer momento, la supresión de la correlación entre los sueldos y la inflación en Europa, si bien estima que este tipo de mecanismos, que existen en algunos países como España y Bélgica, deben ser "reexaminados". También aboga por que los gobiernos "garanticen" que la "fijación de los sueldos en el sector público apoye los esfuerzos de competitividad en el sector privado".

Empleo: El pacto recomienda reformas en el mercado laboral de manera a adecuar mejor la oferta y la demanda, y a la vez defiende recortar las cotizaciones sociales por parte de las empresas para estimular la contratación.

Pensiones: Los países deben velar por la "viabilidad a largo plazo de los sistemas de pensiones y de las prestaciones sociales". Las reformas podrían incluir, por ejemplo, alinear la edad de la jubilación con la esperanza de vida.

Finanzas públicas: Los gobiernos deben adoptar mecanismos que frenen el endeudamiento público, pero cada uno de ellos podrá seguir el modelo que mejor le convenga.

Fiscalidad: El pacto promueve un acercamiento de las políticas nacionales. Desarrollar una política fiscal común para el impuesto de sociedades "podría ser una forma de contribuir a garantizar la coherencia de los sistemas fiscales, respetando a la vez las estrategias nacionales", según el texto del acuerdo.

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