LD (EFE) "El mayor problema con que debe luchar nuestro país es el alto paro", dijo Merkel ante el Parlamento, en su primera declaración de gobierno, durante la que recordó que el número de desempleados crónicos es el más alto que ha conocido nunca la República Federal de Alemania (RFA).
Para generar empleo "se precisa crecimiento", dijo, para añadir que el "crecimiento precisa libertad". El estamento político no puede crear puestos de trabajo, prosiguió, pero sí crear las condiciones que lo posibiliten.
Entre estas "condiciones" enumeró el propósito de su gobierno de reducir los costes laborales –a lo que se dedicará parte del aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que subirá del 16 al 19 por ciento a partir de 2007–, así como las ayudas estatales a los mini-empleos, para favorecer "empleos pagables" y "sueldos con los que se pueda vivir".
Merkel defendió asimismo una "moderada reforma laboral", que no deje al trabajador indefenso, pero que abra las puertas a la creación de empleo, en lo que entra la flexibilización de la ley de protección contra el despido, que ampliará el periodo de prueba para las nuevas colocaciones a dos años.
La canciller se refirió asimismo a medidas para favorecer el empleo juvenil y a la necesidad de "evitar todo abuso" del sistema social alemán, y hablo de una nueva "justicia en la política social". Merkel dijo que el objetivo de su Gobierno sería "financiar el empleo, en lugar del desempleo", así como invertir más en educación y formación profesional, porque "la mejor reforma laboral sirve de poco, si no reforzamos la educación y la innovación".
Para la supervivencia del sistema social es preciso un "sistema de jubilaciones solidario", dijo, pero eso no puede dejar de lado que la tercera edad es cada vez más prolongada, por lo que es preciso una subida gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años. Merkel hizo hincapié en la palabra "gradual", para que la gente "pueda prepararse a tiempo", pero insistió en la necesidad de esa prolongación de la etapa laboral –actualmente, el tope son 65 años, pero la edad media en que se pasa a la jubilación está en los 60–. La canciller habló en ese sentido de la importancia de la denominada "iniciativa más de 50", para ofrecer empleos a personas por encima de esa edad.
Entre estas "condiciones" enumeró el propósito de su gobierno de reducir los costes laborales –a lo que se dedicará parte del aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que subirá del 16 al 19 por ciento a partir de 2007–, así como las ayudas estatales a los mini-empleos, para favorecer "empleos pagables" y "sueldos con los que se pueda vivir".
Merkel defendió asimismo una "moderada reforma laboral", que no deje al trabajador indefenso, pero que abra las puertas a la creación de empleo, en lo que entra la flexibilización de la ley de protección contra el despido, que ampliará el periodo de prueba para las nuevas colocaciones a dos años.
La canciller se refirió asimismo a medidas para favorecer el empleo juvenil y a la necesidad de "evitar todo abuso" del sistema social alemán, y hablo de una nueva "justicia en la política social". Merkel dijo que el objetivo de su Gobierno sería "financiar el empleo, en lugar del desempleo", así como invertir más en educación y formación profesional, porque "la mejor reforma laboral sirve de poco, si no reforzamos la educación y la innovación".
Para la supervivencia del sistema social es preciso un "sistema de jubilaciones solidario", dijo, pero eso no puede dejar de lado que la tercera edad es cada vez más prolongada, por lo que es preciso una subida gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años. Merkel hizo hincapié en la palabra "gradual", para que la gente "pueda prepararse a tiempo", pero insistió en la necesidad de esa prolongación de la etapa laboral –actualmente, el tope son 65 años, pero la edad media en que se pasa a la jubilación está en los 60–. La canciller habló en ese sentido de la importancia de la denominada "iniciativa más de 50", para ofrecer empleos a personas por encima de esa edad.