La Federación de Servicios Públicos de UGT ha tomado la delantera al resto de organizaciones sindicales y ha convocado una serie de movilizaciones entre el funcionariado que comenzarán el próximo 20 de mayo y que culminarán en la huelga del 2 de junio, miércoles. Esta fecha parece escogida casi al azar, pero este año tiene una peculiaridad: antecede al único puente que hay en la Comunidad de Madrid antes del verano.
Normalmente, el Corpus Christi, sólo es no laborable en aquellas localidades, como Toledo, en donde esta celebración religiosa tiene una especial relevancia. Este año, sin embargo, también será festivo en Madrid.
Los habitantes de esta región suelen disfrutar un mes de mayo con numerosas fiestas. Sin embargo, en esta ocasión, las fechas han jugado una mala pasada: el 1 de mayo fue sábado, el 2 de mayo –Día de la Comunidad– domingo, y el día 15 –San Isidro, patrón de la ciudad de Madrid– también cae en sábado. De esta manera, el Gobierno autonómico decidió trasladar la festividad regional al día 3 de junio, Corpus Christi, que es jueves. Con esta decisión, los cuatro días que van del 3 al 6 de junio son el único puente del que disfrutarán los madrileños entre Semana Santa y verano.
Puede que sea sólo una casualidad, pero la fecha escogida por los sindicatos es el día anterior al comienzo de este puente. Es evidente que Madrid es la ciudad donde se concentra un mayor número de dependencias oficiales y de funcionarios, por lo que algunos mal pensados pueden especular con la posibilidad de que UGT y CCOO hayan elegido ese día para asegurarse aún más el éxito de la convocatoria. Puede haber muchos trabajadores públicos que se sientan tentados a alargar su puente cogiéndose el miércoles. Y así, de paso, se evitan problemas con los piquetes informativos sindicales que les esperarán, previsiblemente, a la puerta de sus lugares de trabajo.
Además, esta festividad también tendrá un impacto decisivo en otro sector fundamental a la hora de determinar el éxito de una huelga: el de los medios de comunicación. Numerosos comentaristas y periodistas estarán disfrutando de un descanso, por lo que es evidente que los medios que publican o emiten desde Madrid no estarán al 100% de su capacidad.
Por otro lado, para aquellos que quieran salir de viaje en esas fechas, una huelga de funcionarios, que puede afectar a los transportes públicos (Renfe, aeropuertos) y a otros servicios auxiliares, puede ser más molesta que si se produjera una semana antes o después. Lo normal es que ese 2 de junio las carreteras de salida de Madrid estén colapsadas por el puente y que el caos sea mayor a causa del paro en el sector público. De esta manera, los sindicatos conseguirían el objetivo de visibilidad y la sensación de país paralizado que normalmente se busca en estas ocasiones –utilizando a los ciudadanos en su chantaje, como han hecho los controladores aéreos o los pilotos otras veces–.