El coste público de proteger a la flota española que faena en aguas somalíes es de 75 millones de euros, equivalente a abonar una paga de 115.000 euros al año a cada uno de los marineros destinados en esa zona. O lo que es lo mismo, 4,16 millones anuales por buque, cantidad que supera, con creces, el beneficio neto que arroja cada uno de los atuneros propiedad del armador del Alakrana (1,4 millones).
La actividad atunera en el caladero somalí es, sin duda, beneficiosa para los armadores, pero deficitaria para los contribuyentes españoles, ya que son los encargados de sufragar el coste de la protección a esos barcos.
Este jueves el portavoz del PSOE en el Congreso ha señalado que "probablemente ese punto del planeta", refiriéndose a las costas de Somalia, es "lo peor del mundo", desde "el punto de vista de la seguridad".
Según cuenta Defensa y los pescadores que faenan en la zona, estas aguas están infestadas de piratas, dedicados a secuestrar pesqueros de origen occidental y pedir rescates por sus ocupantes. El del atunero vasco Alakrana es el último del que hemos tenido conocimiento.
Una actividad muy beneficiosa
Pero si es tan peligroso y arriesgado ¿por qué pequeñas empresas pesqueras españolas envían sus barcos hasta las costas de Somalia para pescar atún? La respuesta es sencilla. Como decimos, los datos señalan que se trata de una actividad muy beneficiosa.
El negocio que mueve este caladero supera los 180 millones de euros anuales, según fuentes oficiosas del sector citadas por el diario Cinco Días en un extenso reportaje publicado el jueves.
El nombre del armador del Alakrana es la empresa Echebaster Fleet S.L, participada, a su vez por Pesquerías Echebaster. El armador, mantiene en las costas de Somalia continuamente cuatro buques (Alakrana, Campolibre Alai, Elai Alai y Alkrantxu). Y el negocio es dorado.
Así, el gerente de Echebaster Fleet dejó por escrito en la memoria del grupo y dentro del apartado Exposición de la evolución de los negocios de la sociedad que "como hecho relevante del ejercicio (2008) cabe destacar que nuestro beneficio de explotación ha experimentado un incremento del 298%, cuyo origen está basado en el aumento de las capturas, la existencia de unos precios atractivos para las mismas y porque la sociedad continúa gestionando costes de manera eficiente adaptándose a las nuevas circunstancias".
Los buques atuneros como el Alakrana operan en las aguas del Índico durante todo el año. Lo hacen por "mareas", como se le conoce entre los pescadores. Son campañas de dos meses. Una vez pasado este tiempo, vuelven a puerto, descargan, avituallan y vuelven al caladero. Cada dos campañas (cuatro meses) se releva a todo el personal del buque. Los barcos nunca abandonan el caladero, pescan allí durante todo el año. Según la propia página web de Echebaster Fleet, este armador lleva pescando en las aguas del Índico desde 1969.
Según fuentes de la Confederación Española de Pesca "abandonar el caladero traería de la mano la destrucción de numerosos puestos de trabajo en España, especialmente entre Galicia y el País Vasco, en Seychelles, Madagascar, Mauricio, etc. En Islas Seychelles la actividad de toda índole que genera la flota atunera en sus puertos supone el principal ingreso para el país y representa el 60% de su PIB".
Los informes de resultados y el balance de pérdidas y ganancias así como la cuenta de resultados de Echebaster Fleet, correspondientes al último ejercicio contable 2008, son reveladores. Según figura en los libros, la empresa facturó el pasado año más de 30 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 5,6 millones de euros. Esto quiere decir que cada uno de los 4 buques del armador arrojó un beneficio medio de 1,4 millones aproximadamente.
(Pinche en la imagen para ampliar. Fuente: Axesor)
En esa zona hay actualmente 33 buques con intereses españoles, de los que sólo 18 tienen pabellón nacional. Además, sólo esta flota captura cerca de unas 200.000 toneladas, el 40% de la demanda conservera española.
Pero deficitaria para el bolsillo de los españoles
Estos datos dejan bastante claro los motivos que empujan a los armadores españoles a enviar al índico (unas aguas infestadas de piratas) a faenar en busca de un maná de atunes que parece ilimitado. Pero, ¿cuánto le cuesta a España defender a los buques con pabellón español en las costas de Somalia?
Según señaló la ministra de Defensa Carme Chacón el pasado 18 de septiembre de 2009, la misión para dar seguridad a estos buques cuesta 75 millones anuales a los contribuyentes españoles.
En un balance de las medidas aplicadas por el Gobierno, Chacón subrayó que dentro de la operación Atalanta de la UE (la operación de la Unión Europea para la seguridad en las aguas del Índico), España tiene desplegados 4 buques de la Armada, 7 helicópteros y un avión de vigilancia marítima P3-Orión.
El coste público por proteger a esta flota (18 barcos que faenan bajo pabellón Español) asciende a 4,1 millones de euros por atunero. Además, tomando como referencia los 36 tripulantes del Alakrana, el número de marineros bajo pabellón español destinados a la zona asciende a un total aproximado de 648. De este modo, los contribuyentes españoles pagan 115.740 euros por la protección de cada marinero.
Por otro lado, si se extrapolan los beneficios del Echebaster Fleet (5,6 millones) a toda la flota, la actividad atunera en Somalia arrojaría unos resultados de explotación de 25,2 millones de euros. Es decir, el coste público de la protección de estos 18 buques multiplica por 3 los beneficios que genera dicha actividad,
Es más, los cuatro "Alakranas" que mantiene Echebaster Fleet en el Índico generaron en impuestos 2,5 millones de euros en 2008. Extrapolando estas cuentas los 18 buques que faenan en Somalia aportarían a las cuentas públicas 11,25 millones de euros, apenas el 15% del coste total de la protección que ofrece el Gobierno.
Dicho de otro modo, Pese a que sólo se trata de estimaciones grosso modo, esto señala que la actividad pesquera española en las peligrosas aguas de Somalia cuesta a los bolsillos de todos los españoles 63,7 millones de euros al año.
Se trata, pues, de una actividad deficitaria para las arcas públicas, y también en términos económicos si los armadores se tuvieran que hacer cargo del coste que supone mantener las cuatro fragatas del Ejército destinadas a la zona. En definitiva, es como si lo marineros cobraran 115.000 euros al año del Gobierno para quedarse en tierra, con la ventaja de no tener que enfrentarse a un ataque pirata.