Con un acierto simbólico que quizá no estaba expresamente buscando, los ecologistas antinucleares han elegido a Baltasar, un auténtico burro, para que decida, al modo del famoso Pulpo Paul, entre las energías renovables y la nuclear. Será en un acto de especial interés científico que se celebrará al final de una marcha contra la central nuclear de Garoña el próximo 5 de septiembre.
Baltasar fue elegido hace varios meses como mascota del movimiento contra la energía nuclear en general y contra el cementerio de residuos de la centrales en particular. Se trata de un lozano burro que participa en las numerosas marchas que los ecologistas están celebrando en contra del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares.
A pesar de su naturaleza equina Baltasar tiene hasta una página en la conocida red social Facebook, en la que se define como "un burro antinuclear" y "un peludo activista que encontrarás en las manifestaciones contra el cementerio nuclear".
Además de unas fotos el perfil de Baltasar incluye una información personal cuyo redactor ha asumido a la perfección la personalidad del personaje y nos deleita con perlas como: "Yo no quiero vivir al lado de algo tan peligroso [por el cementerio nuclear] pues temo que los gases radiactivos que emitirá envenenen nuestros alimentos y nuestra salud", dice
Después, remata no sin cierta dosis de dramatismo: "¿Y si hay un accidente qué pasará con todos nosotros? La gente ya no vendrá a visitarnos de vacaciones a Tierra de Campos, ni comprará nuestros productos, ni querrá darse un paseo en mi carro".