LD (Agencias) Los créditos destinados a la adquisición de vivienda —préstamos hipotecarios— supusieron alrededor del 77 por ciento del aumento de los préstamos concedidos desde 2001, que han crecido a un ritmo anual del 14 por ciento, según estimaciones del Banco de España reseñados por la agencia Europa Press . En su estudio, el ente monetario indica que estas cifras son un reflejo de las mayores necesidades de financiación de activos inmobiliarios por parte de las familias, asociadas tanto al aumento de la inversión inmobiliario como al ascenso del precio de la vivienda.
Sin embargo, el informe indica también que la información sobre los primeros meses de 2003 apunta a una desaceleración en la solicitud de este tipo de créditos, la que no ha sido compensada del todo por los préstamos destinados al consumo y otros fines. En este contexto, la financiación a las personas físicas para la adquisición de vivienda, junto con los créditos destinados a la construcción y a los servicios inmobiliarios suponen el 63 por ciento del crecimiento de los préstamos bancarios desde 2001.
El instituto emisor señala que sólo durante el año 2002 la contribución de los créditos hipotecarios y los destinados al sector de la construcción representaron el 70% del aumento de los préstamos bancarios, que se ha moderado hasta el 67 por ciento en el primer trimestre de 2003. En este misma línea, los préstamos concedidos a la construcción han continuado mostrando una tasa de avance interanual que se situaba en marzo de 2003 en niveles superiores al 20 por ciento.
Este aumento responde a la crecida del sector de la construcción registrado en los últimos años y a su mayor peso en el PIB, que ha pasado del 12,9 por ciento en 2000 al 13,9 por ciento en 2003, el valor más elevado —de acuerdo con el propio banco— de los países de la zona euro, debido sobre todo a la ganancia en el componente no residencial, que supone actualmente un 8,5 por ciento del PIB.
Con estas cifras por delante, el Banco de España señaló que la evolución del crédito al sector privado ha venido explicada en gran parte por el dinamismo de la actividad del sector inmobiliario, por lo que apunta a que la expansión de la financiación en España ha sido superior a la observada en la mayoría de los países de la UE, debido a unas condiciones financieras "muy holgadas" en un contexto de elevada competencia entre las entidades de crédito.
Sin embargo, el informe indica también que la información sobre los primeros meses de 2003 apunta a una desaceleración en la solicitud de este tipo de créditos, la que no ha sido compensada del todo por los préstamos destinados al consumo y otros fines. En este contexto, la financiación a las personas físicas para la adquisición de vivienda, junto con los créditos destinados a la construcción y a los servicios inmobiliarios suponen el 63 por ciento del crecimiento de los préstamos bancarios desde 2001.
El instituto emisor señala que sólo durante el año 2002 la contribución de los créditos hipotecarios y los destinados al sector de la construcción representaron el 70% del aumento de los préstamos bancarios, que se ha moderado hasta el 67 por ciento en el primer trimestre de 2003. En este misma línea, los préstamos concedidos a la construcción han continuado mostrando una tasa de avance interanual que se situaba en marzo de 2003 en niveles superiores al 20 por ciento.
Este aumento responde a la crecida del sector de la construcción registrado en los últimos años y a su mayor peso en el PIB, que ha pasado del 12,9 por ciento en 2000 al 13,9 por ciento en 2003, el valor más elevado —de acuerdo con el propio banco— de los países de la zona euro, debido sobre todo a la ganancia en el componente no residencial, que supone actualmente un 8,5 por ciento del PIB.
Con estas cifras por delante, el Banco de España señaló que la evolución del crédito al sector privado ha venido explicada en gran parte por el dinamismo de la actividad del sector inmobiliario, por lo que apunta a que la expansión de la financiación en España ha sido superior a la observada en la mayoría de los países de la UE, debido a unas condiciones financieras "muy holgadas" en un contexto de elevada competencia entre las entidades de crédito.