LD (EFE) Los distintos analistas consultados recordaron que "normalmente" el índice adelantado (3,3 por ciento), publicado unas dos semanas antes que el IPC, coincide con el general, aunque estimaron que en julio el IPC llegó al 3,4 por ciento, lo que supone un descenso de una décima respecto a la tasa interanual de junio (3,5 por ciento).
Según dijo Estefanía Ponte, de Fortis Bank , "el escenario –de los precios– es de moderación y mantenimiento" y su previsión del 3,4 por ciento para julio se debe, más que nada, a una cuestión de "redondeo estadístico". Ponte explicó que la mala evolución esperada por la parte energética se verá contrarrestada por los descensos asociados al periodo de rebajas y por la buena marcha de los precios de la alimentación.
El servicio de estudios de Caixa Cataluña también augura un escenario de moderación, con una inflación estimada en el 3,3 por ciento que, no obstante, admitieron fuentes de la entidad catalana, podría llegar al 3,4 por ciento . Además, vaticina un descenso en tasa interanual de la inflación subyacente –la que excluye la evolución de los precios de los productos energéticos y los alimentos frescos– hasta el 2,6 por ciento, dos décimas menos que el mes anterior.
Algo más pesimista se muestra David Martínez, economista de Analistas Financieros Internacionales (AFI) , al señalar que, "si bien las previsiones del indicador adelantado apuntan hacia una cierta moderación, los datos disponibles indican que la inflación será algo superior". En concreto, Martínez estima que el IPC alcanzó el 3,5 por ciento en julio, "o quizás una décima más", y justifica su opinión en el encarecimiento del petróleo y en el menor efecto positivo de las rebajas que, este año, dijo, "han sido menos intensas que el pasado lo que ha hecho que los productos manufacturados sean más caros".
Respecto a la previsión para el conjunto del ejercicio , el catedrático emérito de Estructura Económica de la Universidad Complutense y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Juan Velarde , la elevó hasta entre el 3,5 y el 4 por ciento . Según Velarde, lo que pase con el IPC es la última consecuencia de lo que suceda con los precios industriales, cuya evolución en el último año calificó de "alarmante", al pasar de tasas interanuales cercanas al 0,9 por ciento a tasas del cuatro por ciento.
Según dijo Estefanía Ponte, de Fortis Bank , "el escenario –de los precios– es de moderación y mantenimiento" y su previsión del 3,4 por ciento para julio se debe, más que nada, a una cuestión de "redondeo estadístico". Ponte explicó que la mala evolución esperada por la parte energética se verá contrarrestada por los descensos asociados al periodo de rebajas y por la buena marcha de los precios de la alimentación.
El servicio de estudios de Caixa Cataluña también augura un escenario de moderación, con una inflación estimada en el 3,3 por ciento que, no obstante, admitieron fuentes de la entidad catalana, podría llegar al 3,4 por ciento . Además, vaticina un descenso en tasa interanual de la inflación subyacente –la que excluye la evolución de los precios de los productos energéticos y los alimentos frescos– hasta el 2,6 por ciento, dos décimas menos que el mes anterior.
Algo más pesimista se muestra David Martínez, economista de Analistas Financieros Internacionales (AFI) , al señalar que, "si bien las previsiones del indicador adelantado apuntan hacia una cierta moderación, los datos disponibles indican que la inflación será algo superior". En concreto, Martínez estima que el IPC alcanzó el 3,5 por ciento en julio, "o quizás una décima más", y justifica su opinión en el encarecimiento del petróleo y en el menor efecto positivo de las rebajas que, este año, dijo, "han sido menos intensas que el pasado lo que ha hecho que los productos manufacturados sean más caros".
Respecto a la previsión para el conjunto del ejercicio , el catedrático emérito de Estructura Económica de la Universidad Complutense y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Juan Velarde , la elevó hasta entre el 3,5 y el 4 por ciento . Según Velarde, lo que pase con el IPC es la última consecuencia de lo que suceda con los precios industriales, cuya evolución en el último año calificó de "alarmante", al pasar de tasas interanuales cercanas al 0,9 por ciento a tasas del cuatro por ciento.