LD (Lorenzo Ramírez) La banca española ha sido un ejemplo de eficiencia en los últimos años, lo que, junto con el sistema garantista de provisiones, ha situado al sistema financiero nacional en un lugar dorado. Pero la crisis crediticia ha destapado las vergüenzas del patrón de crecimiento español, con una necesidad de financiación exterior de la economía del 10% cada año.
Los bajos tipos de interés (mantenidos sin un respaldo de ahorro real) han generado una expansión crediticia sin precedentes que se ha trasladado al sector inmobiliario. Las familias y las empresas (promotoras) compraron (o hicieron) casas con un dinero que no tenían, es decir, con préstamos, y la tormenta financiera ha generado una oleada de impagos que amenaza la salud del sistema financiero español, especialmente en el caso de las cajas de ahorros.
Esta necesidad de financiación exterior ha creado una deuda de las entidades financieras españolas con el resto del mundo que debe ser pagada. Según los cálculos del catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Roberto Centeno, consultado por LD, los vencimientos de esta deuda se sitúan entre los 80.000 y 90.000 millones de euros al año.
Bancos y cajas no tendrían problemas para pagar estos vencimientos si las promotoras inmobiliarias devolvieran el dinero prestado, pero esto es una quimera. En la práctica el sector promotor inmobiliario está en quiebra y, excepto Martinsa, la mayoría de las grandes empresas han logrado refinanciar sus créditos para no provocar una crisis sistémica, el desplome de la confianza y retirada masiva de depósitos.
Según confirman fuentes financieras, los bancos y cajas están refinanciado este crédito promotor a un horizonte temporal de 3 años, momento a partir del cual esperan que el mercado vuelva a la normalidad. Aunque no descartan que estos plazos puedan variar en función de la velocidad en la que sean capaces de dar salida al excedente.
Por ello, los acreedores de los bancos españoles les han dado un único y claro mensaje: deben vender los inmuebles que tienen en cartera (en la práctica los bancos y cajas son ahora las mayores inmobiliarias de España), aunque sea a pérdidas, con el objeto de ir haciendo frente a estos vencimientos de deuda.
Reflejar el valor real de los activos
Hasta ahora, los bancos han intentado evitar a toda costa vender activos a pérdidas, porque entonces deberían reflejarlo en sus balances y provisionar esta depreciación de los activos. Precisamente uno de los factores clave para el comienzo del fin de la crisis es reflejar el valor real de los activos, en lugar de mantener la valoración de unos bienes que han bajado su precio tras el estallido de la burbuja.
“Se han creado dos mercados inmobiliarios. Por un lado están los bancos, que están obligados a vender como sea, aunque sea a pérdidas; y por otro están las promotores y los particulares, que no quieren perder dinero con la venta de inmuebles”, explican fuentes del sector consultadas por LD.
De ahí que las entidades financieras estén aplicando rebajas de precios, en algunos casos de hasta el 30% y el 40%. La vía escogida para que las familias compren estas casas en lugar de acudir al mercado de particulares es sencilla: bancos y cajas sólo dan hipotecas a aquellos que adquieran los pisos que tienen en su cartera de activos.
Más de 150.000 millones en tres años
Según los cálculos realizados por la consultora Rodríguez de Acuña y Asociados, la banca tendrá que asumir más de 150.000 millones de euros en inmuebles durante los próximos tres años. Aunque hasta el momento las entidades financieras admiten que han ejecutado inmuebles por valor de 10.000 millones de euros, la cuantía será mucho mayor en los próximos meses.
Estos 150.000 millones de euros representan casi la mitad de la financiación concedida a los promotores inmobiliarios, que alcanza los 318.000 millones de euros según datos del Banco de España a cierre del pasado año.
En este marco se comprende la decisión del Banco Central Europeo de destinar 60.000 millones de euros a la compra de cédulas hipotecarias, la emisión de participaciones preferentes de las entidades (con alto riesgo) con altos intereses y el programa de rescate que prepara el Gobierno para bancos y cajas de ahorros, con un importe superior a los 90.000 millones.
El 64% de los préstamos para pisos sin vender
Rodríguez de Acuña avisa de que el 64% de los préstamos a promotores han sido concedidos para construir pisos que no se han vendido todavía, que están en construcción o que están en proyecto. Suponen más de dos millones de inmuebles, que se sumarían al millón del actual excedente. El problema es que la demanda actual es de 266.000 viviendas al año.
Por todo ello, harían falta unos diez años para ver la recuperación del mercado inmobiliario, enfoque que comparten analistas como José Barta, especialmente en las zonas costeras, las que han sido las protagonistas del boom en los últimos años.
Según el presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, German Navarro: "Es natural, en los próximos dos años sólo se van a vender los pisos propiedad de los bancos. No van a gastar el poco dinero que tienen en financiar operaciones hipotecarias que no les beneficien a ellos mismos. Ejecutan los inmuebles y, si no los pueden vender en subasta, los ofrecen con promociones de hipotecas con descuento".